viernes, 10 de mayo de 2013

AYN RAND. EL CAPITALISMO COMO EXPRESIÓN DE LA MALDAD HUMANA


Ayn Rand con el símbolo del dólar

 “Mi religión es la filosofía de Ayn Rand con ceremonial y rituales añadidos”.
Anton Lavey.
Fundador de la Iglesia de Satán.

La paradójica historia de Ayn Rand y del Objetivismo no es demasiado conocida, a pesar de que en sus dogmas descubriremos una de las fuentes de pensamiento, que hoy inspira a los fundamentalistas del mercado. Por ello, dedicar tiempo y esfuerzo para escribir o leer sobre Ayn Rand no requiere una explicación previa que lo justifique, pero creo necesario realizarla, porque estoy convencido que el lector se sentirá tan interesado como me sentí yo, por conocer la execrable figura de Ayn Rand.
 
Todos los pensadores del liberalismo moderno ya sea Hayek, Buchanan o Ayn Rand, coinciden en negar la bondad de toda forma de altruismo, y en la exaltación del egoísmo como único criterio moral válido. Y ello les hace coincidir en lo esencial con los pensadores del marxismo cultural, lo que confirma una de las ideas fundamentales que guían mi pensamiento: el convencimiento de que el marxismo y el capitalismo tienen un mismo y ya lejano origen hace casi tres milenios, y que ambos mantienen una unidad de conceptos y de propósitos constante más allá de las superficiales y cosméticas diferencias. Sin embargo, a poco que se quiera conocer esta unidad ideológica de los mismos en lo fundamental, la misma se nos aparecerá como evidente y palmaria. Y Ayn Rand es un claro ejemplo de dicha unidad sin pretenderlo, al subrayar todas las coincidencias de ambas corrientes, con su radical defensa del capitalismo más duro. Por ello, Rand podría clasificarse como parte del movimiento conocido como marxismo cultural.
 
Cuando se trata de señalar personalidades del mismo, siempre se habla de la Escuela de Frankfurt como de una corriente innovadora en Ciencias Sociales conformada mayormente por judíos como Theodor Adorno[1], Leo Löwenthal[2], Max Horkheimer[3], Herbert Marcuse[4] o Erich Fromm[5]. Pero hay otras figuras, sin duda de menor entidad, como Ayn Rand, que desde el liberalismo y sin advertirlo también son estandartes de este modo marxista de subvertir la Cultura occidental..

El nexo de unión entre el marxismo cultural y liberalismo en Ayn Rand, es la idea de libertad. Un valor del que demócratas liberales y marxistas mantienen un concepto común vago y completamente maleable, que permite que todo lo que se haga sea válido, siempre y cuando esté conforme con la conducta determinada por las élites dirigentes. Lo que se ha popularizado como políticamente correcto”. Veamos varios ejemplos.
 
Ayn Rand defendía la total libertad a la hora de producir, distribuir y consumir cualquier tipo de drogas. Como afirmó repetidamente, la libertad, si nos tomamos el concepto en serio, supone también la libertad para equivocarse, y, si alguien quiere tomar drogas, la libertad para suicidarse. Los partidos políticos de izquierda son tradicionalmente defensores de la legalización del consumo de ciertas drogas, y desde la izquierda cultural se acepta desde hace décadas su consumo.
 
Ayn Rand también defendía el derecho absoluto de las mujeres a abortar, si así lo deseaban, y la promiscuidad sexual absoluta, ya que cada individuo tiene un derecho igualmente absoluto sobre su vida y su cuerpo, derecho sobre el propio cuerpo que no pertenece a los que no han nacido. La izquierda a través del feminismo promueve idéntico planteamiento, reflexión y consecuencia, promoviendo el aborto libre en todo Occidente. De hecho, Rand negó no sólo la humanidad de los no nacidos, sino también que fuesen seres vivos, También negó que las células de un no nacido fuesen “células humanas vivas”, decía: “¿Por qué apoyo el aborto?. Por la simple razón por la que apoyo los derechos individuales. Por la simple razón de que ni el Estado, ni ninguna comunidad, ni tú mismo, tiene algún derecho de decirle a una mujer lo que debería hacer con su vida. Y también, por la razón de que un embrión no es una vida. Y por la razón de que uno de los más repugnantes fraudes, dentro de los muchos fraudes actuales, es la idea de que los enemigos del aborto se llamen a sí mismos ‘defensores de la vida’, o ‘movimiento pro-vida’ o algo así. De manera que ellos apoyan los derechos del embrión, de una entidad no nacida, y rechazan reconocer los derechos de la persona viva, la mujer”; “Si algunos de ustedes están confundidos o fueron engañados con el argumento de que las células de un embrión son células humanas vivas, recuerda que también lo son todas las células de tu cuerpo, incluyendo tu cabello, tus uñas, y que cortarlas es un asesinato, de acuerdo a esta ideología particular.” Ayn Rand defendía asimismo el matrimonio homosexual, como una forma más de la absoluta libertad del individuo emancipado de todo límite, ya viniera éste de la sociedad o de la naturaleza. E igualmente defendía el derecho absoluto a distribuir, entre adultos, cualquier tipo de propaganda política o pornografía. Afirmaba que cualquier intento de que el estado limitase la expresión de ideas “erróneas”, “equivocadas” o “peligrosas” sólo podía terminar en una censura total de las ideas “impopulares”.
 
La Historia enseña que las sociedades que han admitido como modelo de conducta la promiscuidad sexual ilimitada, el aborto indiscriminado, el hedonismo como fin de la felicidad, el consumo de drogas y la conducta homosexual como realidad equivalente a la heterosexualidad, han favorecido su destrucción cultural y la desestructuración familiar y social. El hecho de que un pueblo consienta el aborto indiscriminado y el matrimonio homosexual negándose su propio futuro, demuestra su debilidad, y su declinación vital. Por último, la famosa “libertad para equivocarse” en un mundo en el que la manipulación de la persona ha alcanzado el nivel de sofisticación actual, es dejar indefensa a una población en muchos casos carente de capacidad crítica. El Estado debe, en defensa del interés público, marcar los límites a los poderes capaces de manipular las mentes y las conciencias. Además, afirmar la existencia de un derecho a equivocarse es un absurdo, el derecho es a decidir, nadie se equivoca libremente, nadie quiere equivocarse.
 
En conclusión: la exaltación del individuo y su voluntad por encima de toda consideración altruista, es muy antigua. Se llama soberbia; Y el pretendido egoísmo “bondadoso” cuya persecución individual resulta en el bien común, también es muy antiguo. Se llama codicia. Por ello, el mensaje que lanzaron a las sociedades los marxistas, culturales y políticos, y los liberales es tan antiguo como el Hombre. Es el mensaje del Mal.
 
Los orígenes.
 
Ayn Rand y sus dos hermanas
Alissa Zinovievna Rosenbaum alias Ayn Rand (1905-1982), nació en una familia judía de San Petesburgo y murió en Nueva York. Según la leyenda oficial, aprendió a leer sola a los seis años y a los ocho ya quería ser escritora. La revolución bolchevique y la guerra civil, arruinaron la farmacia de su padre, lo que la hizo conocer personalmente los efectos prácticos del comunismo: la miseria, y el terror desatados por la minoría judía que lideraba el nuevo régimen[6].
 
En esta ciudad aprendió francés y estudió Filosofía e Historia en la universidad, en donde escribió historias cortas, guiones y anotaciones en su diario. Su mayor influencia fue Aristóteles, al que consideraba el mayor filósofo del mundo y apreciaba en especial su Órganon (‘Lógica’).

Estudió pedagogía social en su ciudad, que ya se llamaba Petrogrado, ganándose la vida como guía turística en la fortaleza de Pedro y Pablo, explicando la falsa leyenda de los crímenes zaristas. En aquel tiempo, la colaboración y el apoyo de los financieros de Walt Street a los dirigentes comunistas soviéticos, todos ellos judíos, hacía que llegaran fácilmente las películas del recién nacido Hollywood. Por ello, cuando en 1924 comenzó a estudiar en el Instituto Estatal de Artes Cinematográficas[7], en donde pudo conocer la ciudad de Nueva York a través de las películas hollywoodienses que se proyectaban, llegando a parecerle esta ciudad la plasmación más alta de la potencia humana. Desde ese momento quiso emigrar a los Estados Unidos. Años más tarde escribió "Los que vivimos", un relato de primera mano de esos años y de la atmósfera de la Rusia de entonces, sobre el cual dijo: "es lo más cercano a una autobiografía que haya escrito nunca".
 
El “nacimiento” de la novelista Ayn Rand.
 
A finales de 1925, y gracias a su condición judía, consiguió un visado para abandonar el país y visitar a sus parientes establecidos en Estados Unidos. Jamás volvió. Llegó a Chicago en febrero de 1926, y pocos meses después apareció en Hollywood, atrayendo la atención de Cecil B. De Mille[8], quien le dio un papel de extra en “Rey de Reyes”. Sus devotos suelen buscar su rostro en la muchedumbre que sigue a Cristo camino al Gólgota. Junto a ella distinguen a Frank O'Connor[9], quien sería su esposo. Alternó este trabajo con el de guardarropa en la RKO, en donde comenzó a escribir “Los que vivimos”, y fue entonces cuando adoptó el seudónimo “Ayn Rand”, un nombre inspirado por la máquina de escribir Remington Rand que utilizaba. Más tarde, De Mille accedió a contratarla como guionista, teniendo que interrumpir el trabajo en su novela, para escribir el guión “Red Paw”, “Peón Rojo”, que vendió a la Universal Pictures, que después lo revendió a la Paramount, por 1.500 dólares. Quedaba así definitivamente integrada en la fábrica judía del sueño americano: Hollywood.
 
En 1931 adquirió la ciudadanía estadounidense tras casarse con el actor Frank O'Connor en 1929. Y en 1932 retomó la escritura de ”Los que vivimos”, que nuevamente abandonó para escribir el guión de “La noche del 16 de Enero”, película que fue estrenada primero en Hollywood y después en Broadway, con lo cual dejó de trabajar como extra, y con ello tuvo tiempo para escribir sus primeras novelas.
 
Es en este momento cuando comienza la inquietante actividad de Ayn Rand y el origen de su influencia políticosocial. Y si bien es una autora desconocida en España, sus libros han pasado desapercibidos, eso no implica que su pensamiento no haya sido influyente, de hecho se la ha considerado como la filósofa del capitalismo.
 
Finalmente, a finales de 1933 se publicó “Los que vivimos”, que diez años después sirvió de guión para dos películas italianas: ”Noi vivimi” y “Addio Kira”. Esta novela resultó un fracaso editorial, pero gracias al carácter crítico de la trama novelística hacia la URSS, le proporcionó cierta fama.
 
En 1935 empezó a escribir “El manantial”, pero también interrumpió su trabajo en esta novela para escribir diversas obras menores. En 1938 publicó ¡Vivir!, y un escrito contra el régimen soviético titulado “Himno”, lo que la consolidó en un segundo plano de ventas, que fue suficiente para garantizar su continuidad editorial. El himno en cuestión es la admiración del individuo por sí mismo, el triunfo del “Yo” a la manera de Whitman. El marco es una grotesca distopía[10] socialista. Dibuja un mundo en donde ha triunfado el colectivismo causando la extinción de la iniciativa privada, la ciencia y el arte. Todo pertenece al Estado, pero reina la miseria, la gente se alumbra con velas y se viste de arpillera. El heroico protagonista se rebela contra el sistema y escapa de la tortura, porque la cárcel es ineficiente y burocrática. Conoce a su pareja, huye con ella al campo y culmina su obra el día que vuelve a inventar la lamparita eléctrica. Ha descubierto el poder del individuo, y entona un himno a sí mismo. En este mundo, el Estado obliga a todos a hablar en plural, para combatir el individualismo. Por ejemplo, cuando el protagonista se enamora se ve obligado a decir: "nosotros apreciamos que ellas tenían unas hermosas curvas". Con este lenguaje, a las pocas páginas el libro se vuelve no sólo absurdo, sino francamente ilegible. Por suerte, es apenas un cuento largo, al punto que los editores se ven obligados a completarlo con la versión facsimilar del manuscrito. Antes de continuar con el manuscrito de “El manantial”, en 1939 firmó una adaptación de su primera novela al teatro, que fue estrenada con el título de “Unconquered”.
 
La consagración literaria le llegó con la publicación de “El Manantial” en 1943. El director King Vidor convirtió la novela en una película filmada para la Warner y protagonizada por Patricia Neal y 


Imágenes de la película "El Manantial"
 
Gary Cooper, en la que el actor encarnaba el estereotipo del héroe americano tantas veces visto en la gran pantalla, redefinido por Ayn Rand como un hombre individualista y tozudo, que se resiste a variar sus principios. En “El Manantial” se narra la lucha de un arquitecto genial contra la mediocridad, y le debe bastante a Ibsen. En realidad, un modelo de héroe proyectado en las películas por la industria judía de Hollywood, que tenía su origen en lo más profundo de la mentalidad judía centroeuropea. En esta historia se nos muestra de manera muy simple y seductora a la vez, el egoísmo como valor supremo a través del cual toda persona puede realizarse como ser humano. El altruismo, preocuparse por el prójimo, es el mayor mal al que la humanidad puede enfrentarse. Por lo que toda forma de control gubernamental, como forma de injerencia en la libertad individual, es la manera en la que la masa de “seres inferiores o saqueadores” se aprovecha del esfuerzo de los “seres superiores”. Sólo el capitalismo del laissez-faire radical, también llamado capitalismo libertario o anarcocapitalismo, es el sistema en el que se respeta la dignidad humana.
 
La calidad literaria de la obra de Rand es muy escasa. La editorial Penguin Classics se negó durante años a publicar su obra, alegando que “aquello no tenía la calidad literaria mínima exigible”, mientras que la crítica literaria no concedía crédito alguno a Rand, aunque sus componentes melodramáticos enganchaban a la clásica audiencia de estos productos. Pero conforme Rand continuaba llenando páginas, iba creando una filosofía especialmente diseñada para triunfar en los Estados Unidos. Ayn Rand planteó su obra literaria como ilustración de un sistema filosófico creado a su imagen y semejanza llamado Objetivismo, que diseñó a medida de la mentalidad bíblica del protestantismo de los Estados Unidos.

“La Rebelión de Atlas”.
 
“Hay dos novelas que pueden cambiar la vida de un chaval de catorce años que se dedique a devorar libros: ‘El señor de los anillos’ y ‘La rebelión de Atlas’. Una es una fantasía infantil que, normalmente, suele engendrar una obsesión enfermiza con héroes increíbles que termina degenerando en una madurez emocionalmente dañada y socialmente inválida, creando un ser incapaz de relacionarse con el mundo real. En la otra novela, por supuesto, hay orcos”.

Esta cita del Premio Nobel de economía Paul Krugman[11], resume a la perfección el argumento de ‘La rebelión de Atlas’.

En 1945 comenzó una novela titulada “Strike”, “La Huelga”, once años después cambió el título y en 1957 publicaría la que es su novela más famosa, y en la que sintetiza todo su pensamiento: “La Rebelión de Atlas” (título original Atlas Shrugged, literalmente "Atlas se encogió de hombros"). Con las dos últimas novelas, Rand había amasado una gran fortuna, por lo que consideró que su obra de ficción estaba conclusa, pues sentía que ya había escrito todo lo que tenía que decir como novelista. A partir de ese momento no escribiría más que ensayos filosóficos que contribuirían a definir su doctrina llamada “Objetivismo”. Esta novela supuso un punto de inflexión en su carrera, pues aunque el éxito ya le era conocido, el argumento de esta novela logró seducir a la intelligentsia[12] liberal americana y la catapultó a la posición de ídolo del capitalismo.
 
El momento histórico en el que Rand escribió su libro fue decisivo, pues coincidió con el período de reconstrucción de postguerra y el inicio de la Guerra Fría, que desencadenó la construcción de un enorme aparato militar, que dio un impulso adicional a la recuperación económica. Este período relativamente largo y estable de crecimiento, topó con sus límites en la década de 1960. Esta etapa de expansión económica, los famosos “treinta años de plata”, está vinculada a la ideología keynesiana, que a juicio de los liberales era una política “socialista”. Por lo que el objetivo de la novela, es llevar a cabo un "ajuste de cuentas con las aspiraciones socialistas" del gobierno estadounidense. Los objetivos son: la política económica del Estado de la época de Rand, y el economista John Maynard Keynes como inspirador de dicha política.
 
El libro propone lo que Rand creía que era la clave del Universo y del alma humana, y ofrece la integración de forma magistral de muy diferentes ramas del saber: Ética, Metafísica, Epistemología, Política, Economía, Estética; todo ello combinado con la pasión humana del amor. La respuesta a todo aquello que a lo largo de la historia ha buscado el ser humano, por medio de la Ciencia, la Religión o el Arte. Durante su escritura, Rand se drogaba para trabajar más y las consecuencias de la exaltación química se plasmaron en el argumento de esta obra. En éste presenta a los Estados Unidos como el único Estado que continúa siendo capitalista y cree en el libre mercado, ya que en la vieja Europa comienzan a nacer repúblicas socialistas por todas partes, con las industrias nacionalizadas. Unos EE.UU. donde los más valiosos elementos de la sociedad se ven continuamente sometidos, en contra de lo que consideran justo y racional, al interés colectivo, a las necesidades del resto de la sociedad. Así, el gobierno legitima políticas económicas que perjudican a los principales generadores de riqueza para poder repartir los beneficios, no en función de la productividad de cada uno y la valía real de su producto, sino en base a la necesidad del rezagado, del empresario mediocre, del obrero que, sin esfuerzo, busca que sean otros quienes pongan un plato de comida en su mesa. En este contexto, Dagny Taggart, heredera y directora en funciones (el auténtico director es su siniestro hermano James) de la compañía ferroviaria Transportes Taggart, comenzará a percatarse de cómo los hombres y mujeres más valiosos del país van desapareciendo progresivamente, dejando a la nación sin su principal sustento. Lo que se oculta detrás de esta desaparición es la historia de un hombre que dice que parará el motor del mundo, y lo hace. El deterioro del mundo se acelera mientras la historia progresa; la sociedad se desintegra, la falta de comida origina revueltas sociales, cientos de fábricas cierran sus puertas. “¿Es este hombre un destructor malévolo o el mayor de los libertadores? ¿Por qué tiene que luchar, no contra sus enemigos, sino contra aquellos que más le necesitan, incluso contra la heroína a quien ama? ¿Cuál es el motor del mundo, y qué es necesario para ponerlo en marcha de nuevo?”. Todas estas preguntas se resumen en una única, que se repite a lo largo de la novela, con la misión del lector de averiguarlo por sí mismo: “¿Quién es John Galt?”.
 
Ayn Rand dijo en una conferencia en el Ford Hall Forum de Boston en 1964: “La historia de La rebelión de Atlas presenta el conflicto de dos antagonistas fundamentales, dos escuelas opuestas de filosofía, o dos actitudes opuestas hacia la vida. Como forma breve de identificarlas, las llamaré el eje "razón-individualismo-capitalismo" versus el eje "misticismo-altruismo-colectivismo". Rand imaginó y profetizó la decadencia de los EE.UU. debida al intervencionismo estatal. El país queda dividido en su fantasía en dos clases: la de los saqueadores y la de los no saqueadores. La clase política y dirigente está formada por los primeros que piensan que cualquier actividad debe estar regulada y sometida a una fuerte imposición fiscal. Los segundos son los hombres emprendedores, los dirigentes políticos, religiosos y sindicales, los capitales de empresa y los intelectuales que piensan que la solución está justamente en lo contrario. De estos últimos, y más en concreto, de los patronos, surge un movimiento de protesta que se concreta en una huelga de empresarios acompañada de sabotajes y desapariciones. El líder del movimiento es “John Galt”, a la vez filósofo y científico, que escondido en las Montañas Rocosas dirige la resistencia ante los saqueadores. Con él se refugian los principales empresarios que protagonizan la rebelión en forma de lock out o cierre patronal y desaparición de los empresarios. Durante éste, el sistema americano se hunde bajo el peso del intervencionismo estatal, resultando así la patronal triunfante abandonando su escondite de las Montañas Rocosas de Colorado, para regresar a Wall Street y a los centros de decisión; encabezados por el símbolo del dólar, elegido por Galt como enseña de su rebelión. Desde la publicación de la novela, los estadounidenses utilizan en forma de pregunta, una muletilla que viene a decir que nadie puede estar jamás seguro de nada: “¿quién es John Galt?”.
 
Los trabajadores aparecen en las páginas de “La rebelión de Atlas” como un grupo de vagos estúpidos e insolentes. Sin embargo, ocasionalmente nos encontramos con una imagen idealizada del trabajador, como la del conductor del tren, silbando, "los rasgos de su cara tensa y decidida, a diferencia de la indiferencia que podríamos haber esperado". Pero el resto son imágenes arquetípicas de los trabajadores, en las que aparecen como embusteros, desgraciados y estúpidos. Sin embargo, estos trabajadores no son los peores monstruos de la ficción de Ayn Rand. Según las palabras del periodista Paul Mason, "los monstruos más peligrosos, los gnomos de las entrañas de la tierra en La rebelión de Atlas, son los funcionarios públicos, los periodistas e intelectuales. Su crimen colectivo es el de poner trabas a la iniciativa empresarial en nombre de la justicia social para los trabajadores".
 
El título de “La Rebelión de Atlas” fue sugerido por su marido, equiparando al empresario con el titán mítico que carga a sus espaldas los destinos del mundo. Cuando apareció la obra llamó la atención lo osado del planteamiento. Hasta ese momento, nadie se había atrevido a realizar un planteamiento en el que los empresarios eran los buenos, el Estado el malvado y el individualismo más brutal era la norma, pues las masas ni siquiera contaban. Rand escribió en esta novela: "¿Que constituye el monumento al triunfo del espíritu humano sobre la materia?... Las chozas roídas de insectos a orillas del Ganges o la silueta de los rascacielos de Nueva York sobre el Atlántico?". Para Ayn Rand ese “hombre superior” emblemático del triunfo humano, la nueva forma de la figura del “héroe”, no es el soldado, ni el político, ni el científico, ni el religioso, ni ningún otro semejante, es: el empresario. El hombre que consigue ganar dinero con su esfuerzo y riesgo, soportando sobre sus hombros los destinos del mundo; escribe Rand: "El hombre racional no quiere “lo no ganado”, el hombre racional dice no al sacrificio y sí al esfuerzo personal de uno mismo"; gracias a su triunfo, obtiene la mayor de las recompensas: "No hay valor más alto que la propia estima", dijo. Le resulta imposible e injustificable negar la codicia del beneficio: "Quienes niegan el incentivo capitalista quieren como recompensa la nada". La ausencia de beneficio supone para ella el hundimiento de cualquier forma de civilización y de cualquier ética que valga la pena asumir: "El culto al cero, símbolo de la impotencia, busca eliminar de la raza humana al héroe, al pensador, al inventor, al productor, al persistente, al puro. Para los apóstoles del cero es como si sentir fuera humano y pensar no. Como si fracasar fuera humano y no triunfar, como si fuera humano la corrupción pero no la virtud".
 
Esta novela se ha convertido en la biblia de los especuladores de Wall Street, de los accionistas amantes de la usura, de los vendedores de hipotecas basura y de los CEO’s[13] con salarios anuales de varios millones de euros de Silicon Valley. En resumen, Rand se ha convertido en un icono mítico de los especuladores de EE.UU. La admiración que suscita se basa principalmente en que sus ideas son vistas como una declaración de autoestima, basada en los valores y las virtudes de la empresa privada y del individualismo. Lo que Rand quería expresar, es que EE.UU. no puede vivir sin su clase empresarial, que la política debe subordinarse a las necesidades de la economía empresarial y del beneficio como único bien concebible, y finalmente, que es preciso volver al espíritu del Puritanismo, que es lo mismo que decir talmúdico, de los primeros colonos que se sublevaron contra Inglaterra en el siglo XVIII. Lo que propone Rand es volver al origen de “la tradición americana”[14] basada en el Protestantismo bíblico, en la que el “héroe” no es el granjero que se subleva contra los ingleses, sino el patrono que lucha contra el intervencionismo estatal y cuyo esfuerzo crea riqueza. En poco tiempo se agotaron cuatro millones de ejemplares de la obra. Ludwig von Mises[15], antiguo mascarón de proa del liberalismo clásico, era amigo personal de Rand, y escribió: "usted tiene el coraje de decirle a la multitud lo que ningún político se atreve a decir: que sois inferiores y que cualquier progreso en vuestras vidas que consideráis normal, se lo debéis al esfuerzo de los hombres que son mucho mejores que tú"[16]. O, como expresa la propia Rand: "Estos hombres excepcionales, estos creadores, estos gigantes sublimes, son los miembros de una minoría excepcional, empujan hacia arriba a toda una sociedad libre hasta su propio nivel de logros, sin dejar de elevarse más y más, más y más".
 
A partir de ese momento sólo escribiría ensayos que profundizarían en las líneas apuntadas en esta novela, como “La virtud del egoísmo” que es uno de los manifiestos del Objetivismo. El resto de su vida se dedicó a desarrollar su filosofía, dando conferencias en distintas universidades, recibiendo el Doctorado de honoris causa en 1963 por el Lewis & Clark College[17].
 
La coincidencia con los economistas de la “Escuela de Chicago”.

Mientras Rand escribía y publicaba su novela, en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Chicago se desarrolló una corriente a favor de un mercado totalmente libre, sin ningún límite. Según la escuela de Chicago, todo intento de regular el mercado restringiría la libertad individual. Friedrich von Hayek y Milton Friedman[18] se convirtieron en las figuras más importantes de este fundamentalismo de mercado. Su credo: el mercado funciona de manera óptima, ya que integra de manera sistemática y permanente toda la información pertinente en el precio. Por lo que la verdadera libertad, es la libertad económica absoluta para las empresas. Además de lo anterior, la Escuela de Chicago recogió el credo de Rand sobre la función curativa del caos y las crisis, tal y como refleja en su “La rebelión de Atlas”. En ella, el bloqueo completo de la sociedad y el más terrible caos, conducen a John Galt y a su élite a la oportunidad de salvar a la sociedad. Milton Friedman sostiene las mismas ideas sobre el caos, las crisis, y "la tiranía del status quo". A su modo de ver, es crucial actuar cuando la crisis empieza a golpear, porque las circunstancias permiten imponer sin demora los cambios necesarios para que la sociedad no vuelva a su antiguo inmovilismo.
 
Rand, al igual que a los marxistas, convierte el hecho económico en el centro de la existencia, pues según ella era en éste en donde el “hombre superior” puede demostrar su valía en términos objetivamente mensurables. La idea de Rand acerca del orden, el caos y el papel que desempeñan los “seres superiores” en esta vorágine, coincidiría con la del liberal Hayek, padre del actual neoliberalismo heredero de la escuela de Chicago, que declaró en una entrevista al diario chileno El Mercurio que: "hay circunstancias en las que algún tipo de dictadura es necesaria para la nación durante un tiempo. Probablemente entienda usted que es muy posible que un dictador gobierne de una manera liberal, al igual que una democracia puede gobernar de una forma totalmente no-liberal. Personalmente, prefiero un dictador liberal a un gobierno democrático sin liberalismo”[19].
 
Ayn Rand: la renovación ideológica del neoliberalismo.
 
La obra de Ayn Rand ha supuesto la renovación ideológica del capitalismo mundial, desde la óptica "libertaria" o anarcocapitalista, palabra cuyo significado en Estados Unidos no coincide con el anarquismo, y el abandono del socialismo Fabiano.
 
Desde principios de siglo, la élite de la alta finanza mundial profesaba el pensamiento de la Sociedad Fabiana, cuya doctrina era gradualista y altruista. Tal como H. G. Wells, Bernard Shaw y otros destacados miembros de esta ideología teorizaron, era preciso mejorar las condiciones de la clase obrera, en la que se adivinaba a los consumidores de la futura sociedad de consumo. Esta idea surge en el momento en que los problemas de mecanización y producción en cadena se habían resuelto, aumentando vertiginosamente la producción reduciendo el coste unitario de producción de los bienes, como consecuencia de los últimos progresos alcanzados en la Segunda Guerra Mundial. La capacidad de producir más bienes y a menor precio, forzaba a los grandes capitalistas a incorporar al consumo a las grandes masas de trabajadores, con el objetivo de maximizar la capacidad de producción llevando al máximo los beneficios.
 
Este proceso era preciso que fuera liderado por los propietarios del capital, para lo que precisaban tener la capacidad de imponer sus decisiones al poder político. Para ello se crearon asociaciones en las que los grandes capitalistas y las corporaciones transnacionales industriales y financieras, los intelectuales a su servicio y los políticos dependientes de ellos, formaron grupos de presión. Así surgieron el Instituto Inglés de Estudios Internacionales, las fundaciones de las familias de los grandes capitalistas y financieros, el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), el Club de Bilderberg, el Club de Roma y, finalmente, la Comisión Trilateral. Pero el socialismo fabiano, en última instancia cuestionaba el fundamento ideológico del capitalismo. Para suplir esta carencia ideológica del capitalismo liberal estaban pensadores como Hayek, Leo Strauss o Ayn Rand.
 
El socialismo fabiano suponía que a través de la transformación gradual del sistema capitalista, se llegaría a un régimen socialista de carácter marxista. Rand, lejos de cuestionar el sistema capitalista como los fabianos, y al igual que Hayek, consideraba que el capitalismo era la única forma racional y “objetiva” de guiar los destinos de la economía y las sociedades. Rand, para subrayar la necesidad del egoísmo, escribía: “Lo merecido pertenece al universo egoísta y comercial del provecho mutuo".
 
La ironía actual es que estos dos pensadores, en su lucha contra el colectivismo marxista y el comunitarismo fascista de mediados del siglo XX, se basaron en algunos de los mismos supuestos subyacentes al propio marxismo: que la política es cuestión de una simple verdad, que el Estado con el tiempo deja de importar y que se necesita una vanguardia de intelectuales para alcanzar una utopía que se puede conocer de antemano, por puro determinismo histórico.
 
Friedrich Von Hayek
El problema con este tipo de determinismo económico es que es marxismo a la inversa, con todos sus problemas originales. La planificación de los financieros capitalistas sustituye a la planificación por parte de la élite del Estado marxista. El viejo sueño de Marx, la “extinción” del Estado, era el objetivo de Hayek y de Rand, y es el objetivo de los neoliberales, neocapitalistas y anarcocapitalistas como Ryan. Los medios son conocidos: disminuir los impuestos a los ricos, reducir las funciones del gobierno y el tamaño del Estado, privatizar sus funciones y extinguir los servicios sociales como forma de redistribuir la riqueza. Al igual que los marxistas de otra época, esta vanguardia del capitalismo, sustituyó la lealtad a la nación por un pensamiento mítico sobre la sociedad y la economía.


Friedrich Von Hayek El “Camino de Servidumbre” de Hayek, ha sido señalado por los neoliberales anarcocapitalistas como la obra capital que muestra cómo la intervención del Estado en el mercado libre, conduce al totalitarismo. Una tesis que guarda gran parecido con la tesis marxista de que un mercado libre sin intervención, llevará inexorablemente a la revolución. Al igual que el marxismo, la ideología de Hayek tiene una respuesta para todo. Al igual que el marxismo, permite predecir el futuro utilizando su pretendido conocimiento total, para crear y justificar el sufrimiento de los que no tienen poder. Sin embargo, Ayn Rand resulta más atractiva para los neoliberales, porque ella celebra el desenfrenado capitalismo anárquico: magnifica la desigualdad, halaga a los ricos que se lo merecen por ser tan “maravillosos”, y justifica el dolor infligido a las masas, que se lo merecen, una idea del éxito muy judía por cierto. Hayek creía que debíamos dudar a la hora de intervenir en el mercado, porque la certeza en materia económica era imposible; Afirmó, sencillamente, la bondad de la ley de la selva en el mercado y en la sociedad.
 
Es probable que el neoliberalismo pretendiera eliminar la necesidad de un análisis de la realidad, con la síntesis de las ideas de ambos pensadores, que es el egoísmo absoluto, o con la combinación de la teoría determinista del mercado de Hayek y la alabanza de la desigualdad de Rand. Y no porque la expliquen, sino porque eliminan la necesidad de un contacto real con ella. Ambos pensadores, al igual que los marxistas, recurrieron a interpretaciones extremas erróneas. Ni el capitalismo sin ataduras desembocó en la utopía proletaria, como los marxistas profetizaban; ni la intervención y la redistribución de la riqueza por el Estado ha traído el totalitarismo, como Hayek afirmaba. Éste proporcionó las reglas del juego: todo lo que hace el gobierno al intervenir en la economía sólo empeorará las cosas, por lo que el mercado, dejado a sus propios recursos, nos debe dar lo mejor de todos los mundos posibles; Y Rand suministró el elitismo absoluto: la distribución del placer y el dolor es buena en sí misma, porque los ricos son brillantes y las personas corrientes no lo son. Como ya hemos dicho, Rand dividió la sociedad en "saqueadores" y "creadores no saqueadores”, los primeros sólo piden que la sociedad los mantenga y respete sus derechos; los segundos crean riqueza para todos, pero sólo cuando lo hacen para sí. Luego se producirá el "derrame" de la riqueza. Nada dice rand de cuántos mediocres hacen falta para que un “creador” haga su acumulación de capital o lo incremente. La ideología de Rand solo podía funcionar como una forma de sadomasoquismo social, y ella lo sabía.

Para Ayn Rand era necesario recuperar los valores originales del capitalismo, el individualismo, la libre empresa, la voluntad de los “seres superiores”, definidos tales por su grado de riqueza, de imponerse a los inferiores y guiarlos, la abstención del Estado de cualquier intervención en la vida pública y una mezcla de egoísmo y altruismo como fundamento de la moral liberal. De hecho, todo deriva de un individualismo extremo fruto del egoísmo. La siguientes citas reflejan sus ideas: "Cada hombre constituye un fin en sí mismo, existe por sí mismo y la consecución de su propia felicidad constituye su más alto propósito moral"; "Cuando el bien común de una sociedad es considerado como algo aparte y superior al bien individual de sus miembros quiere decir que el bien de algunos hombres tiene prioridad sobre el bien de otros hombres, aquellos consignados en el estatus de animales sacrificados"; "El valor económico del trabajo de un hombre está determinado, en un mercado libre, por un solo factor: El consentimiento voluntario de aquellos con la voluntad de comerciar con él a cambio de sus productos o de su trabajo".
 
Aynd Rand veía en su filosofía, una nueva moral práctica para “vivir en la tierra”, viendo la realidad tal cual ella creía que era, lo que consideraba sin deformaciones ni subjetivismos. Una filosofía política que hace apología del capitalismo como expresión económica del hombre egoísta que afirma la total ausencia de límites a su voluntad, que actuando en su propio y único beneficio, termina por construir una sociedad más libre y mejor para todos, al perseguir todos su propio interés, en lugar de sacrificarse por los otros. Se derriban así todos los obstáculos a la voluntad constituidos por el Estado, la Moral, la Familia, el Bien Común y la Religión. Comparando el radicalismo egoísta de Rand, con los sistemas filosóficos de Bentham y Mill, los utilitaristas ingleses del siglo XIX, éstos parecerían filántropos desbocados. Para Rand, la raíz de todos los males está en el altruismo, ya que éste subvierte los valores al poner el bien supremo del beneficio personal, por debajo del interés general.

El egoísmo, el ateísmo y el satanismo como un compendio posible.
 
En cuanto al Amor, Rand no podía concebirlo sino era como una forma de racionalmente injustificado sentimiento basado en una mera especulación subjetiva, que como una expresión del más absoluto egoísmo, era una mera cuestión de cálculo: "No puede existir amor sin causa, amar es evaluar". Luego necesariamente, esta evaluación conlleva la visión utilitarista del otro, por lo que queda automáticamente cosificado y alienado en su dignidad como persona. Lo que a Rand no le importaba absolutamente nada, pues dicha conclusión sería un acto de empatía propio de un sentido altruista.
 
Rand y Levay
En cuanto al hecho religioso, Rand rechazaba las religiones mayoritarias porque, entre otras cosas, parten de un sentido de la transcendencia que conlleva para el creyente, una forma de renuncia de sí mismo y una subordinación a un hecho distinto a su propia persona. Por lo que Ayn Rand era brutalmente crítica con la religión en general, y la cristiana en particular. Le resultaba imposible concebir la existencia de un plano de existencia transcendente y, a diferencia de Leo Strauss, no admitía que la religión pudiera tener un efecto beneficioso para el “ser superior” en su labor de liderar a las masas inferiores. Algunas ideas de Rand sobre las religiones las expreso diciendo: "La recompensa para el individuo, según el objetivismo, es en esta vida y en la tierra y es mi propia felicidad. La recompensa de los místicos del espíritu será otorgada más allá de la tumba"; "Para la religión: lo que el hombre conoce no existe, y lo que existe, el hombre no lo puede conocer". Los ideales del místico son los contrarios a los del “egoísta”; "Los místicos se complacen del sufrimiento, de la pobreza, de la sumisión y del terror porque ellos necesitan la derrota de la realidad racional. Su ideal es la muerte”; "Dios y las religiones en general, perdonan, sienten piedad y misericordia, pero jamás admiran al individuo. ¿La causa? Consideran al individuo como un ente carente de valores"; "La idea de Dios es la idea de un gran burócrata del Universo".
 
Las conclusiones de Rand conducen al ateísmo, pues considera a toda religión como una “forma primitiva de filosofía”, que debe ser sustituida por el “culto al hombre”, para “elevar al más alto nivel de las emociones humanas rescatándolas del barro del misticismo y dirigirlas de nuevo hacia su objeto propio: el hombre mismo”. Pero Rand es perfectamente consciente de que el egoísmo del “culto al hombre”, es insuficiente para construir un equilibrio social entre los “seres superiores e inferiores”, por lo que debe añadirse un elemento compensador de este egoísmo que finalmente haga viable la vida social en un individualismo egoísta extremo, y encuentra este contrapeso en el altruismo, que no por ello deja de considerar perverso, del que dice que: "el altruismo considera al individuo como alimento para un caníbal...".
Branden

Esta exaltación del hombre como valor supremo elevado a la categoría de culto, desligado de límites a su voluntad, enlazaba perfectamente con las corrientes satánicas y luciferinas establecidas en los EE.UU. De esta manera, la Iglesia de Satán y su fundador Sandor LaVey en particular, extraen sus “Nueve afirmaciones Satánicas” que forman su declaración de principios de “La Rebelión de Atlas”. La diferencia entre Rand y LaVey estriba en que mientras éste cree que es posible llegar a establecer el “culto al hombre” mediante el ocultismo y la Magia, Rand propone hacerlo mediante la Economía y la Ciencia. En su obra “La Biblia Satánica”, LaVey propone una visión del mundo que debe todo a Rand y en menor medida a Nietzsche: exalta el egoísmo y el capitalismo, el orgullo del fuerte sobre las necesidades del débil, la abolición de la Religión y la Moral. ¿Y Satán? Para LaVey, Satán no es sino el símbolo del “culto al hombre”, en absoluto un personaje real (a diferencia de Michel Aquino y del Templo de Seth escindidos de la Iglesia de Satán que si lo consideran un ser personal). Ni LaVey ni Rand se quedaron sólo en la teoría, sino que llevaron a la práctica sus ideas. En los años sesenta con el llamado movimiento “contracultural”, Rand alcanza la cúspide de su fama, es el momento en el que las tendencias individualistas que luego alimentarían el movimiento de la New Age florecían en las universidades[20]. En este momento de gran difusión de la obra de Rand, Nathaniel Branden[21] fundó un instituto dedicado a difundir su pensamiento. En torno a Rand y a Branden surgió una suerte de secta, que sus propios miembros llamaban "el Colectivo". Antes de romper tardíamente con su líder, Branden había sido proclamado su heredero espiritual, pero luego fue expulsado. Murray Rothbard[22], un economista judío de la Escuela Austríaca de Economía que pretendía casarse con una mujer de ideas religiosas, lo que le prohibió Rand, fue el primero en denunciar las prácticas alienantes del grupo, por lo que fue tratado como un traidor. Según escribió el propio Branden, los adeptos creían que Rand era la personalidad más grande que había producido el género humano y que en su obra culminaba la historia del pensamiento filosófico. Rand impuso con su verbo y su personalidad sus ideas anticomunitarias, exaltando la libertad individual sin límites, la libertad de explotación de los empresarios a los trabajadores y la moralidad del egoísmo personal sin límites por el Estado. No se toleraba que alguien fuera tan individualista como para disentir con ella, y sus gustos eran el paradigma estético. Rand había echado a algunos colaboradores del grupo, porque no les gustaba la música del compositor ruso de origen tártaro Rachmaninoff, lo cual era un claro indicio de su inferioridad. El "culto de la personalidad" era idéntico al de las salvajes teorías comunistas del período estalinista y el rendido culto al “padrecito” Stalin.
 
El escándalo comenzó cuando Branden y Rand se hicieron amantes. Como ambos eran “seres superiores”, acordaron con sus parejas Frank O'Connor y Barbara Branden, que tenían derecho a una noche de pasión semanal. Pero tiempo después Rand descubrió que Branden, defensor de la “libre empresa” también en el sexo, tenía una segunda amante. Entonces, la “evaluación del amor” de Rand cambió, normalmente lo llamaríamos celos, y decidió tomar venganza. Había escrito que la fórmula "no juzguéis, y no seréis juzgados" era una expresión de cobardía, de manera que perdiendo el control de sí misma, le deseó a Branden que se quedará impotente para el resto de sus días y se propuso destruirlo. Comenzó expulsando al matrimonio Branden de su comunidad, por "haber traicionado los principios del Objetivismo" con su conducta "irracional". En esos días se sucedieron las propuestas de sus más leales para “castigar” físicamente al proscrito. Como “ser superior” que Rand era, ella sí fue sexualmente promiscua con sus miembros durante su idilio con Branden, pero eso no era un comportamiento “irracional”, ni “atacaba los principios del Objetivismo”. El escándalo dividió profundamente al movimiento, cuya decadencia se hizo inevitable. En 1982, Rand murió rodeada de un puñado de fieles, y fue enterrada junto a su marido, el “complaciente” Frank O'Connor. Pero años después su ejecutor testamentario Leonard Peikoff[23] fundó el Instituto Rand, que sigue difundiendo su doctrina desde California.
 
Leonard Peikof
Esta sórdida y obscena historia no dejaría de ser irrelevante y anecdótica, sino fuera porque Rand fue la primera en hablar de desregulación, privatización, capitalismo global y otras ideas que se impusieron desde Reagan, y es necesario contarla para conocer el origen del Instituto Rand, que sigue activo, e incluso tiene filiales en diversos lugares desde donde se organizan actividades para la difusión de las ideas de Rand.

En este círculo de naturaleza sectaria y prácticas orgiásticas se integraron varios jóvenes economistas, no todos judíos, que asistían embelesados a sus clases y que luego ocuparon altos cargos en los distintos gobiernos republicanos. Entre ellos se contó Alan Greenspan[24], que sería más tarde presidente de la Reserva Federal (FED) y que entonces era estudiante de Economía, quedando fascinado por una Ayn Rand mucho mayor que él, y que marcaría su forma de pensar de forma definitiva. Alan Greenspan, llevaría a la realidad el mensaje desregulador y libertario de Ayn Rand desde la FED. De hecho, ambos preconizaban una separación radical y absoluta entre el poder económico y el poder político, presentándolos como opuestos naturales, y legitimó la desigualdad de oportunidades por no ser dependiente de la cuantía del dinero sino de su uso productivo en el mercado, idea que desarrolló junto a Alan Greenspan en “Capitalism: the unknown ideal”. La propia Rand nos deja claro lo que concibe como capitalismo: "Cuando digo 'capitalismo', quiero decir capitalismo completo, puro, incontrolado, no regulado, laissez-faire. Con una completa separación del Estado y de la Economía del mismo modo y por las mismas razones por las que existe separación entre el Estado y la Iglesia".
 
 
La actualidad de Ayn Rand.
 
“Os hemos garantizado todo lo que exigíais de nosotros, luego de haber sido siempre los dadores, cosa que no comprendimos hasta ahora. No vamos a presentar demanda alguna, ni ofrecemos condiciones para un trato, ni deseamos compromisos a los que llegar. No tenéis nada que ofrecernos. No os necesitamos”.
 
“La rebelión de Atlas”.
 
La obra de Ayn Rand, y especialmente “La rebelión de Atlas”, ha tenido una intensa influencia en multitud de personas, que afirman haber experimentado un cambio radical en sus vidas después de leerla. Pero su influencia va más allá de la proyectada por la filosofía objetivista.
 
Durante los años sesenta, cuando los estudiantes contestatarios de los campus norteamericanos buscaban inspiración en cualquier parte para impulsar la llamada “contracultura”, Rand alcanzó el cenit de su popularidad. Después comenzó a ser leída por los banqueros, consultores de empresas y políticos republicanos. Su fama hizo de ella un referente cultural norteamericano aún vigente, y a pesar de que su obra es muy corta en número, ha sido absurdamente comparada con Aristóteles y con Kant. En los años sesenta, Andy Warhol la retrató y acabó de entronizarla entre los ídolos americanos. Para entonces ya existía un instituto destinado a difundir su pensamiento, que ganaba adeptos día tras día, y que ha continuado hasta la actualidad, a pesar del escándalo sexual que dividió a sus seguidores.
 
Lo más fácil y rápido para acercarse a la figura de Ayn Rand es buscar información en Wikipedia, en donde encontramos abundantes datos sobre su vida y obra, lo que no es de extrañar, dado que el propio Jimmy Wales, fundador de Wikipedia, se ha declarado su profundo admirador. También Ronald Reagan, que llenó su administración con los devotos Rand, afirmó que era su seguidor incondicional, al igual que Larry Ellison, Steve Jobs, Billie Jean King, Chris Evert, Martina Navratilova, Clarence Thomas, Clark Gable, Barbara Stanwyck, Ted Turner, Barry Goldwater, Melanie Griffith, Frank Lloyd Wright, Sandra Bullock, Simon Le Bon, Madonna, Rob Lowe, Rush Limbaugh, Sharon Stone, Vince Vaughn, Jennifer Aniston, Angelina Jolie, Brad Pitt, Billy Beane, Christina Ricci, Kurt Russell, Jim Carrey, Cal Ripken Jr., Marc Cuban, Eva Mendes, Hugh Hefner propietario de Playboy. Jerry Lewis dijo que llevaba una copia de “El Manantial” donde quiera que fuera. Steven Spielberg es devoto de la versión 1949 película protagonizada por Gary Cooper y Patricia Neal de este título. La banda de rock canadiense “Fever” basa un álbum conceptual en la novela “Anthem” de Rand. Hillary Clinton dijo que fue a través de "una frase de Ayn Rand" que se inició en política, al igual que Lesley Stahl, Ron Paul, Rand Paul y Hunter S. Thompson o Paul Ryan. Y Alan Greenspan fue miembro del círculo íntimo, en todos los sentidos, de Rand. En la década de 1990, la revista Newsweek declaró Rand "está en todas partes", un documental sobre su vida fue nominado para un Premio de la Academia, y el Servicio Postal de EE.UU. salió con un sello conmemorativo de la "autora controvertida, pero respetada".
 
Entre 2005, centenario de su nacimiento, y el 50 º aniversario de la rebelión de Atlas en 2007, se ha vivido un verdadero auge de su figura. Entre los CEOS de Silicon Valley tiene plena actualidad y se la sigue como modelo moral y filosófico.
 
A partir de los rescates bancarios en 2008 las ventas de sus libros se han disparado, y desde que Obama asumió la presidencia, se han vendido más de 1,5 millones de ejemplares de “La rebelión de Atlas”. Un ejemplo de la presencia actual de Ayn Rand lo encontramos en Luc Bruyckere y Peter Leyman, dirigentes del VOKA, la organización de empresarios flamenca, que en junio de 2010 ofrecieron “La Rebelión de Atlas” al encargado de formar gobierno, Bart De Wever[24].
 
Durante décadas se ha hablado acerca de una versión cinematográfica de la novela; se interesó en ella el productor de “El Padrino”, Al Ruddy, Clint Eastwood, y Robert Redford junto con Faye Dunaway se encuentran entre aquellos que no lo han conseguido. En 2006, se especuló que Angelina Jolie podría desempeñar la hermosa, e inteligente ejecutivo del ferrocarril Dagny Taggart, y que Brad Pitt estaba planteando el papel de John Galt. El acuerdo no se concretó, pero el 15 de abril de 2011, los inversores John Aglialoro (que había optado a comprar los derechos de la novela en 1992) filmó “Atlas Shrugged: Part 1”. A pesar de los esfuerzos de los grupos del Tea Party y Fox News en su promoción, la película fue un fracaso. Sin embargo, una secuela protagonizada por Samantha Mathis como Taggart y DB Sweeney como Galt, estaba siendo preparada para su lanzamiento antes de las últimas elecciones de 2012.
 
“La rebelión de Atlas” es también la principal fuente de inspiración de la saga de videojuegos “Bioshock” e incluso ha tenido cierta repercusión en la obra del bardo de Northampton, y del guionista de comics Alan Moore. Moore, quien se declaró públicamente en contra de la filosofía de Rand, tuvo la audacia de inspirarse en algunos de los más destacados episodios de “La rebelión de Atlas” para enriquecer argumentalmente su soberbia colaboración con David Lloyd, “V de Vendetta”: que ha prestado su máscara al movimiento Anonymus. Y en este momento previo al 70º aniversario de la publicación de “El Manantial”, otra "resurrección" de Rand parece estar en marcha.
 
Los últimos candidatos republicanos a la presidencia de los EE.UU. Mitt Rommey y Paul Ryan han devuelto a la primera línea de actualidad política a Ayn Rand y a Friedrich von Hayek, como la fuente ideológica en la que beben gran parte del Tea Party y el candidato a vicepresidente por los republicanos Paul Ryan en particular. Ambos pensadores eran muy diferentes, sin embargo sus argumentos han proporcionado la base intelectual para Ryan y muchos otros del Partido Republicano. Cuando el pasado año Rommey realizó la elección de Paul Ryan, un ideólogo, como compañero de candidatura, buscaba una base ideológica. Romney el financiero, estaba necesitado de una visión del mundo y de una moral, unos principios en resumen, que justificaran su objetivo último de desafiar el poder tributario del Estado, al negarse a que los ricos paguen impuestos. Lo que la ideología de Ryan ofrece para este posicionamiento es que gravar a los ricos obstaculiza el mercado. Aquí es donde entra en juego el anarquismo de derecha de Ryan que surge de la unión de Rand y Hayek, la riqueza de Romney es la prueba de que todo está bien para el resto de los ciudadanos, de EE.UU o de dónde sea. ya su éxito certifica que las leyes de la economía son tales que el capitalismo sin restricciones es bueno para todos.
Hayek, Ryan y Rand
En la campaña presidencial de Romney y Ryan, a los estadounidenses que son vulnerables y están aislados se les dijo que eran independientes y fuertes, por lo que debían votar a favor de políticas que los dejarían más vulnerables y aislados. Ryan es un buen comunicador y un hombre lo suficientemente inteligente como para presentar este marxismo a la inversa que es el neoliberalismo ante el electorado en la última campaña, pero como política nacional hubiera sido una tragedia autodestructiva para sus votantes. La historia del siglo XX ha desacreditado a las ideologías que dicen poseer un perfecto conocimiento de lo que está por venir, y presentan a los políticos como los científicos del futuro. Quizás por ello, recientemente Paul Ryan haya matizado su posición respecto a Rand. En un discurso de 2005 de la Sociedad de Atlas, Ryan dijo que creció leyendo la obra de Rand, "y me enseñó un poco acerca de lo que soy y lo que mis sistemas de valores son, y cuáles son mis creencias." Y añadió: "No hay mejor lugar para encontrar los argumentos morales para el capitalismo y el individualismo que a través de sus escritos y obras". También confesó que él se involucró en política movido por la influencia de la obra de Rand, y que “Atlas Shrugged” todavía informa sus puntos de vista sobre la política monetaria. Lo cierto es que, en total “coherencia democrática”¸ durante la campaña electoral el candidato Ryan ha dado marcha atrás diciendo al periodista de las noticias de la Fox, Brit Hume, que no era discípulo de Ayn Rand, y que a pesar de que le habían "gustado mucho" sus novelas, no estaba "completamente" de acuerdo con su filosofía atea. Según él, “Rand, después de todo, era una atea que consideraba el aborto como un "derecho moral". "Ella vino del comunismo y mostró cómo las trampas del socialismo pueden afectar a la economía, puede lastimar a la gente, las familias y los individuos".
 
Como podemos ver, Ayn Rand está más viva y actual que nunca, y a diferencia de muchos de sus contemporáneos, de los que apenas se vende un libro hoy en día, la obra de Rand se sigue vendiendo, más de 800.000 libros al año como promedio, con un total de más de 25 millones. Al igual que los fabianos del primer tercio de siglo, los seguidores de Ayn Rand se han organizado en círculos, escuelas e institutos con el propósito de expandir su pensamiento, con un sentido educativo y militante. Extendidos por todo por el mundo anglosajón en las dos últimas décadas, el objetivismo neoliberal ha sustituido al socialismo fabiano en la educación de las élites neoliberales.
 
Conclusión: Ayn Rand, la mano zurda del capitalismo.
 
Leo Strauss
Lo que Leo Strauss es entre las élites neoconservadores, Ayn Rand lo es entre las élites neoliberales. Generalmente, se tiene tendencia a pensar que unos y otros responden a los mismos principios, pero no es así. Los neoconservadores de hoy, eran llamados a finales de los años 70, “dinero nuevo”, mientras que los liberales se suelen identificar con los grupos neocapitalistas más salvajes, con las dinastías económicas norteamericanas, los Rockefeller, los Vandervil, los Morgan, etc., que, históricamente, han estado ligadas al marxismo cultural y al socialismo fabiano. Habitualmente, los seguidores de Ayn Rand se identifican con el pensamiento libertario norteamericano dentro del Partido Demócrata, y los de Leo Strauss lo hacen en los extremos del Partido Republicano como el Tea Party, unos con el anarcocapitalismo o liberalismo extremo y otros con el neoconservadurismo. Pero en todo caso, ambas tendencias se han establecido en los núcleos del verdadero poder entre bambalinas, y permanecen firmemente arraigadas entre los que pertenecen a lo esencial del poder político al que se accede exclusivamente desde el poder que da el dinero. Y las formas para llegar a la plutocracia son las establecidas por ambos pensadores judíos: Leo Strauss o Ayn Rand. En realidad no hay ninguna contraposición, ambos responden a la necesidad que tienen los plutócratas de disponer de bases teóricas que justifiquen su mantenimiento en el poder.
 
La Historia tiene también una dimensión subterránea cuyo desconocimiento o ignorancia, sea o no voluntaria, implica correr el riesgo de no comprender los procesos históricos. Esta dimensión subterránea opera a modo de una infraestructura que determina decisivamente la orientación de las superestructuras que sobre ella se asientan. Si nos limitamos únicamente a analizar el desarrollo de las superestructuras, la superficie de la Historia, jamás entenderemos las razonas últimas que la mueven. La rapidez con la que se desarrollan los acontecimientos en nuestros días, induce a pensar que estas fuerzas no son estables ad infinitum, y que serán sustituidas por otros núcleos de poder. Pero no sabemos cuándo ocurrirá y ni siquiera si ocurrirá. Por otra parte, no pueden desvincularse estos centros de poder de la crisis global que están viviendo los EE.UU. como ya hemos analizado en ocasiones anteriores.
 
Estamos asistiendo al desmoronamiento de la “patria de los capitalistas”, igual que vimos desmoronarse a la “patria del proletariado”, los dos vencedores de la última guerra mundial. El record en el déficit de la balanza de pagos, la profunda caída de la producción industrial, la destrucción del ahorro de la clase media, la dependencia absoluta de la economía norteamericana de la las inversiones procedentes del exterior, el agotamiento de la energía barata y el auge de las potencias emergentes han dictado su sentencia. Socialmente, la integración racial de los negros, mexicanos y los demás inmigrantes ha fracasado: las dos comunidades siguen siendo hostiles y están separadas… a cuarenta años del fin de la segregación racial, la naturaleza es tozuda. De hecho, la situación del siglo XIX se ha reconstruido: los indígenas americanos exterminados en Norteamérica reaparecen con la inmigración que llega del Sur. Éste núcleo hispano ha conseguido romper la unidad lingüística de los EEUU, y los indígenas americanos ya no precisan hablar inglés para encontrar trabajo en multitud de ciudades, estableciéndose como el cuarto grupo racial en discordia (blancos, negros, judíos e indígenas americanos). La desorbitada tasa de criminalidad y su población reclusa que vive como mano de obra forzada, es de más de dos millones de presos. Las más grandes del mundo. En cuanto a los militares, han demostrado su incapacidad para conquistar y controlar el terreno de los conflictos: ciertamente, el poder tecnológico de las fuerzas norteamericanas no tiene igual, se basa en bombardeos estratégicos, y en la guerra a larga distancia. En el momento en que cesan los bombardeos y es la infantería quien tiene que tomar el control de los territorios, se ponen de manifiesto todos los problemas que afectan al ejército norteamericano: burocracia excesiva, rigidez en su estructura, excesivo peso de la logística sobre las unidades operativas. En cuanto al futuro de su bienestar social, no debemos olvidar las tasas de analfabetismo estructural, que en EEUU superan las de cualquier otro país del hemisferio occidental, el aumento de la pobreza y la generalización de la falta de acceso a la sanidad. Y en cuanto al sistema jurídico, éste ha hecho quiebra como resultado de la llamada “guerra contra el terror”. Por último, la rigidez mental de los EE.UU. les incapacita para reaccionar, viven convencidos de que en su territorio existen unas fuentes inagotables de riqueza, y son incapaces de entender lo que representa el deterioro del medio ambiente o la escasez energética.
 
La sociedad norteamericana es débil, y cada día lo es más. Su absentismo creciente de la política, su tosquedad cultural y el materialismo inherente a su escala de valores, determinan su debilidad y su fragilidad. El pensamiento neoconservador de Leo Strauss y el pensamiento anarcocapitalista de Ayn Rand, intentan afrontar una nueva situación histórica para guiar a la “nación elegida por Dios” en la lucha por el mantenimiento de su hegemonía. Pero, al igual que la URSS se desplomó interiormente, los datos empiezan a alertar sobre el hundimiento del poder americano. Enfrentarse con dificultades a Estados profundamente subdesarrollados como Afganistán, o a potencias de segunda fila como Siria, evidencian que EEUU, lejos de estar en la cúspide de su poder, ha iniciado ya la pendiente de la decadencia. Como dijo Ayn Rand:“¿Qué es la felicidad si todas las manos, incluso las impuras, pueden alcanzarla?”.

1 Era un judío de Francfort del Main.
2 Era un judío de Frankfurt.
3 Era un judío de Stuttgart.
4 Era un judío de Berlín, participante en las revoluciones bolcheviques posteriores a la Primera Guerra Mundial.
5 Era un judío de familia fundamentalista de Frankfurt.
6 El Consejo de “Comisarios del Pueblo”, el gobierno soviético en 1918, tenía la siguiente composición:
- Ilich Ulin o Vladimir Ilich Ulianov,  alias Lenin, presidente del Soviet Supremo; judío en la línea materna. Su madre se llamaba Blank, judía de origen alemán.
- Lew Davidovich Bronstein, alias León Trotsky, comisario del Ejército Rojo y de la Marina; judío. 
- Iosiph David Vissarionovich Djugashvili-Kochba o José Vissarionovich, alias Stalin, comisario de las Nacionalidades; descendiente de judíos georgianos.
- Chicherin, comisario para los Asuntos Exteriores; ruso.
- Apfelbaum (Grigore Zinoviev), comisario para los Asuntos Interiores; judío.
- Kohen (Volodarsky), comisario de la Prensa y Propaganda; judío.
- Samuel Kaufman, comisario para los Terrenos del Rstado; judío.
- Steinberg, comisario de Justicia; judío.
- Schmidt, comisario de la Prensa y Propaganda; judío.
- Ethel Knigkisen (Lilianan), comisaria del Abastecimiento; judía.
- Pfenistein, comisario para el Acomodo de los refugiados; judío.
- Schlichter (Vostanolenin), comisario para los Encuartelamientos (traspasos de casas particulares a los rojos); judío.
- Lurie (Larin), presidente del Soviet Económico Superior; judío.
- Kukor (Kukorsky), comisario de la Economía; judío.
- Spitzberg, comisario de la Economía; judío.
- Urisky (Radomilsky), comisario para las `Elecciones´; judío.
- Lunacharsky, comisario de Enseñanza Pública; ruso.
- Simasko, comisario para la Higiene; judío.
- Protzian, comisario para la Agricultura; armenio.
De los miembros del Consejo, dos no eran judíos. Revolución ¿rusa?.
7 La guerra de patentes iniciada por Edison a principios del siglo XX empujó hacia el Oeste de Estados Unidos a centenares de inmigrantes judíos que venían de Europa en busca de tolerancia religiosa y seguridad económica. En pocos años, emigraron de Nueva York a Los Ángeles e inventaron el sueño americano. Carl Laemmle (en Universal), Louis B. Mayer (la tercera M en MGM), los hermanos Warner, William Fox, Adolph Zukor, los más grandes productores que llevaron adelante los estudios y sobre los cuales fue construido Hollywood, tenían en común su origen judío. Carl Laemmle plantó las piedras fundamentales de la Universal City, una ciudad consagrada  al cine, con todo lo necesario para producir películas. Fue inaugurada en 1915, y en los  años siguientes, los Warner, Cohn, Zukor, Goldwyn, Fox, etc., construyeron sus propios estudios, que luego pasaron a llamarse Warner Bros, Paramount, Metro Goldwyn Mayer, RKO, Columbia, United Artists. Desarrollaron el Star-System, la Academia de Cine con su premio “Oscar” (por Mayer), introdujeron la música negra en la América blanca y adaptaron el musical de Broadway al cine, Irving Berlin compuso “Whites Christmas” y el himno “God Bless America”. A partir de este momento, la práctica totalidad de los actores y actrices de Hollywood, los guionistas, compositores y demás profesionales fueron y son judíos.
8 Cecil Blount DeMille era judío de ascendencia alemana nacido en los EE.UU.
9 Una distopía o antiutopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma. Esta sociedad distópica suele ser introducida mediante una novela, ensayo, cómic o película.
10 Es un economista judío de Long Island, EE.UU., ha sido Premio Nobel de Economía.
11 Clase social compuesta por personas involucradas en complejas actividades mentales y creativas orientadas al desarrollo y la diseminación de la cultura, incluyendo intelectuales y grupos sociales cercanos a ellos. El término ha sido tomado del ruso интеллигенция (transliterado como intelliguéntsiya), o bien del polaco. Los dos, a su vez, derivaron de la palabra francesa intelligence. Al comienzo, el término se aplicó en el contexto de Polonia, Rusia y más tarde, la Unión Soviética, y tuvo un significado más estrecho basado en la autodefinición de una cierta categoría de intelectuales. Fuente: Wikipedia.
12 CEO Significa Chief Executive Officer, es un cargo gerencial utilizado en las empresas estadounidenses; en español sería algo así como Jefe Ejecutivo.
13 La mal llamada así, pues su fundamento es la “Biblia hebrea”, que es un conjunto de escritos antiguos conocidos como Antiguo Testamento, de carácter legendarios, legales, poéticos, proféticos, filosóficos e históricos escritos casi por completo en hebreo (con algunos pasajes en una variedad dialectal semítica llamada arameo, que a partir de 600 a. de C. se convirtió en lengua franca de Oriente Próximo). Es en suma, un conjunto de escritos dispares y pertenecientes a géneros literarios diversos, que forman un total de treinta y nueve libros, divididos originalmente por temas o autores o, en el caso de libros de mayor tamaño en función de la longitud normal de los rollos de pergamino o papiro. Se divide en tres partes principales: La “Torah”, el “Libro de los Profetas” y el “Libro de las Crónicas”. La “Biblia hebrea” es, por tanto, el texto fundamental del Judaísmo.
14 Ludwig Heinrich Edler von Mises, fue un economista judío nacido en Lemberg, Austria. Con su renovación del liberalismo clásico a través de la Escuela Austríaca de Economía, fue uno de los principales mentores espirituales del liberalismo libertario.
15 Citado en Corey Robin, The reactionary mind. Conservatism from Edmund Burke to Sarah Palin, op. cit., pág. 91.
16 Sus obras principales son:

Novelas
  • Los que vivimos” (1936) (autobiografía);
  • “Himno”, anteriormente conocido como ¡Vivir! (Anthem, 1938);
  • El manantial” (1943);
  • La rebelión de Atlas” (1957).

Ensayos

  • “El Nuevo Intelectual” (“For the new intellectual: the philosophy of Ayn Rand”, 1961);
  • “La virtud del egoísmo” (“The virtue of selfishness: a new concept of egoism”, 1964);
  • “Capitalismo. El ideal desconocido” (“Capitalism: the unknown ideal”, 1966);
  • “El manifiesto romántico” (“The romantic manifesto: a philosophy of literatura”, 1969);
  • “Filosofía: ¿quién la necesita?” (“Philosophy: who needs it”, 1982).

Guiones 

  • Peón Rojo” (“Red Pawn”) (1932).

Obra de Teatro

  • La noche del 16 de enero” (The night of january 16th, conocida también como “Penthouse legend”).
17 Economista Judío nacido en Nueva York de familia procedente de Ucrania.
18 El Mercurio (Chile), 12 abril de1981.
19 Es en esta época cuando Ayn Rand dirigió su diatriba contra el idealismo español del Quijote, dijo: “Don Quijote es un ataque de universo malevolente a todos los valores como tales. Pertenece al mismo grupo que otros dos libros, y juntos constituyen los tres libros que más odio: Don Quijote, Anna Karenina, y Madame Bovary. Todos ellos tienen el mismo tema: El hombre no debe aspirar a valores. Don Quijote es normalmente presentado como una sátira del falso romanticismo, pero no lo es. Es una sátira de todo el romanticismo. En cuanto a su categoría literaria, es un precursor del naturalismo (aunque no está escrito de forma naturalista). Pero filosóficamente — si pudiese llamarse filosofía — es pura maldad. Podrías incluso estar contra la razón, si eres un místico, y sacar de eso algún tipo de filosofía, más o menos verosímil o como mínimo explicable, porque defiendes valores místicos. Estarás equivocado, pero por lo menos estás valorando algo. (Por ejemplo, yo no llamaría a Platón un “no-valorador”, aunque él puso sus valores en otra dimensión y predicó el Infierno en la Tierra. Él estaba dedicado a lo que consideraba que eran valores.) Pero un cinismo puro no es nada filosófico: es una negación de la filosofía. Un cínico mantiene que el hombre es impotente, que nada tiene valor para él, y que su principal error es mantener fuertes valores; está dedicado a un punto de vista anti-valor. “Escéptico” y “cínico” es cómo designamos filosóficamente a ese punto de vista, pero esos de hecho no son escuelas filosóficas. Son escuelas dedicadas a la destrucción de la filosofía. Don Quijote es exactamente esa escuela, filosóficamente”. Fuente: Ayn Rand answers, the best of her Q&A, tomado del curso sobre el arte de la no-ficción que impartió Ayn Rand en 1969 a un grupo de estudiantes de su filosofía, publicado más tarde en el libro “The Art of Non-Fiction“.
20 Natnaniel Branden se llama en realidad Nathaniel Blumenthal (judío, por supuesto). Pero se cambió el apellido para así tener a Ayn Rand en su apellido (bRANDen).
21 Murray Newton Rothbard fue un economista, historiador y teórico político judío de Nueva York, perteneciente a la Escuela Austríaca de Economía, que contribuyó a definir el moderno liberalismo de corte libertario (conocido también como libertarismo) y popularizó una forma de anarquismo de propiedad privada y libre mercado al que denominó "anarcocapitalismo".
22 Leonard Peikoff era también judío nacido en Canadá. También lo es  Yaron Brook, actual director ejecutivo del Instituto Ayn Rand en EE.UU. Ambos han participado muy activamente en defensa de Israel, como lo hizo la propia Rand, y han solicitado reiteradamente que EE.UU. ataque Irán.  El enlace a la web del Rand Institute es: http://www.aynrand.org/site/PageServer?pagename=index
23 Greenspan es un judío de Nueva York que ha sido designado Presidente de la Reserva Federal por los presidentes Ronald Reagan, George H. W. Bush, Bill Clinton y George W. Bush.
 24 Comunicado de prensa del VOKA, 24 junio de 2010
(http://www.voka.be/startpagina/nieuws/Pages/Voka-topluidoeninformateurro...).

8 comentarios:

Unknown dijo...

Hace mucho no veía una opinión tan conservadora y moralizante, da vergüenza leerla en pleno siglo XXI parece un Blog del Vaticano en fin no creo que me publiquen pero es terrible la equiparacion entre marxismo y capitalismo cuando es claro en donde se gestaron las libertades y en donde hay valoraciones racionales y no dogmáticas o conservadoras como las de este articulo.

Aristócrata dijo...

nauseabunda mujer, que refleja la oposición de nuestro valores. o mejor dicho la oposición de los Valores frente a sus miserias

A.J dijo...

Muy buen artículo y blog, no lo conocía.


Franco Felix, deduzco que eres un anarcoliberal indignado con la moral. Supongo que para ser coherente con tu amoralidad aceptarías cualquier agresión premeditada que otros te apliquen,¿o no?, al fin de al cabo "todo vale",¿o no?
Por cierto, ¿qué tiene que ver el siglo en el que vivimos con los valores o la moral?¿acaso sugieres que la amoralidad y el salvajismo es progreso?

Alan Argento dijo...

Muy buen artículo. Este tema me interesa mucho: lamentablemente la discusión política de este siglo va a ser "Estatismo vs. Antiestatismo". Yo soy nacionalista católico argentino y pienso que tanto el Liberalismo como el Marxismo son males a combatir. Pero la Iglesia ha cedido mucho terreno y está afuera de la mesa chica del poder. Por eso los discípulos de Ayn Rand y los traidores del Opus Judei pueden conspirar libremente en pos del Nuevo Orden Mundial...

Francisco José Fernández-Cruz Sequera dijo...

Les agradezco sus comentarios. Espero que en lo sucesivo pueda seguir compartiendo con ustedes mis inquietudes, y que mi trabajo pueda moverles a la reflexión sobre el tiempo que nos ha tocado vivir y compartir.

No quiero dejar de señalar que para mí, un español de cuna y de sangre, con memoria de viejos inmigrantes españoles repatriados de la Argentina y mexicano consorte, me produce verdadera satisfacción comunicarme con todos ustedes.

Anónimo dijo...

Magnífico artículo. Desconocía hasta esta semana la figura de Ayn Rand. No obstante, sí identificaba marxismo con liberalismo. Son, en mi opinión, las dos caras de la misma moneda. Son las democracias, a izquierda y derecha, vencedoras del 45. Y son, izquierda y derecha, partidarias de la misma injusticia social en favor de unas élites. Utilizan la ideología de género, entre otras cosas como la denominada "liberación de la mujer", para esclavizar más a las personas y,concretamente, aún más a la mujer que con toda la jeta dicen que libera. Personalmente, como católico creo que detrás de todo esto hay un trasfondo aún más siniestro que el meramente económico o político. Me ha sorprendido lo del origen hace tres milenios ¿el becerro de oro? Yo lo situaba, aclarl que es mi opinión personal, en ese odio a lo católico nacido ya en la época de los Evangelios y que ha continuado de forma siniestra a lo largo de la historia. En cualquier caso, gracias Francisco por darnos armas para la batalla de las ideas, Alfonso *Hace muy pocos días, he medio leído un artículo infumable de Juan Manuel Rallo en el que directamente se ha hacía una apología deleznable de los vientres de alquiler. Lo que me recuerda Ayn Rand y por otro lado duele pensar que desde medios "católicos" como cope o 13tv se ha dado y se da alas al liberalismo con este tipo de personajes de ideología tan anticristiana.

Francisco José Fernández-Cruz Sequera dijo...

Muchas gracias por su comentario y su interés.

1945 es el año fundacional del orden extraeuropeo del mundo, con su visión de la existencia contraria a la historia, la esencia y la realidad histórica de nuestra patria europea. La pretendida "liberación de la mujer", tiene su cuna en las ideas de los teóricos radicales de principios del S. XX (Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo, etc.), que tenían una determinada concepción de la familia y del rol de la mujer, que se ampararon en la injusta desigualdad jurídica y social de la mujer impuesta por el Liberalismo, para promover la subversión de la cultura occidental. Este proceder halló su complemento en la incorporación de la mujer a la producción industrial de forma masiva y a la sociedad de consumo (promovido por Bernays sobrino de Freud), poniendo de manifiesto la convergencia entre Liberalismo y Marxismo.

Ciertamente coincido con usted en mi condición de católico, no ya desde una posición de creyente dogmático, lo que sería una creencia personal irrelevante pues mis creencias carecen de importancia, sino desde un aspecto de pura concepción de lo humano.

Cuando hago referencia a la cuestión de los "tres milenios" que tanta polémica ha generado entre los anarquistas y los que se denominan a sí mismos "objetivistas", me estoy refiriendo al magma de ideas que se generó en Oriente Medio en el milenio anterior a la época cristiana, que es cuando se sentaron las bases de unos modos de entender la existencia que han sido determinantes de la historia posterior. De hecho, allí se gestaron las ideas y la mentalidad que más tarde darían lugar a las prácticas que hemos dado en llamar "capitalistas" y "marxistas" en la medida en que ambas son concepciones materialista de la vida humana.

Y también estoy con usted en la descalificación de las posiciones de Juan Ramón Rallo y de su Instituto Juan de Mariana, desde el que se propagan todas las falsedades del neoliberalismo actual. Y en lo lamentable de que medios que se dicen "católicos" promuevan exactamente lo contrario al ideario y concepciones cristianas.

En la actualidad, el estudio de esa mentalidad trimilenaria, me ha llevado escritas e inéditas más de 900 páginas, pero los deberes cotidianos siguen prolongando durante años la conclusión de mi trabajo. Si me permite la observación, aunque sólo me han publicado dos libros el pasado año, en realidad he escrito tres más que permanecen inéditos por falta de una editorial que se decida a editarlos. No obstante, en la medida de mis posibilidades seguiré escribiendo y poniendo a su disposición con toda humidad cuanto honradamente considere que es la verdad.

Gracias por su atención y un saludo.

Anónimo dijo...

Gracias por todo. Gracias por la respuesta y a la espera de más documentación totalmente documentada, como la de este blog, que se agradece enormemente. Pues sirve para poner en orden muchas ideas que otros, con menos formación, tenemos. Ahora mismo la crítica "seria" al sistema (análisis certero en la mayoría de las veces y penosas soluciones condicionadas por sus taras) está en manos de economistas de izquierda que son, desgraciadamente,....más sistema por mucho que ellos digan que quieren derrocarlo y tal. Precisamos esa visión que Usted da buscando la verdad aunque no nos guste, desde la Verdad y la Justicia, y con una formación y conocimiento exhaustivo de lo que se escribe.......sigo estos días con Leo Strauss. Buena semana, Alfonso