viernes, 14 de junio de 2013

LA GEOPOLÍTICA DE LAS “TIERRAS RARAS”: EL NUEVO ORO NEGRO


Las sociedades actuales han experimentado en las últimas décadas grandes avances en su desarrollo basados en la miniaturización[1]. Las primeras radios y dispositivos electrónicos dependían de la tecnología de los tubos de vacío. Como los tubos ocupaban mucho espacio, los aparatos que los empleaban solían ser muy voluminosos y pesados.

A finales de los años 1940, el desarrollo del transistor ofreció una alternativa compacta a los tubos de vacío. Los transistores podían lograr el mismo nivel de amplificación de potencia lograda mediante tubos, al tiempo que ocupaban mucho menos espacio y usaban sólo una pequeña fracción de la energía.

A partir de los años 1960, el circuito integrado proporcionó otro nivel adicional de miniaturización. Un circuito integrado del tamaño de un transistor podía realizar la función de veinte transistores. 

En la actualidad, el microprocesador ha supuesto un avance respecto de los circuitos integrados originales.  Puede incorporar las funciones de varias placas completas de circuitos impresos en un solo chip de bajo consumo eléctrico, y ocupa menos de trece centímetros cuadrados, posibilitando la fabricación de ordenadores portátiles más potentes que los enormes ordenadores centrales usados en las décadas de 1970 y 1980 respectivamente. 

Así llegamos a la microtecnología, la tecnología que nos permite fabricar cosas en la escala del micrón. Un micrón es una millonésima de un metro, o, para darse una idea más clara, la milésima parte de un milímetro. Dicho en otras palabras, una milésima de la milésima parte de un metro. Esta es la escala en la que se trabaja cuando se construyen dispositivos tales como memorias o circuitos lógicos y de computación. Los dispositivos de memoria y de lógica en venta en 1985, tenían estructuras con componentes de aproximadamente un micrón de ancho. Para 1995, momento de la aparición del Pentium, se habían alcanzado tamaños de más o menos un tercio de micrón, 350 nanómetros. En la actualidad se trabaja en estructuras de 100 nanómetros, es decir, de un décimo de lo que se había logrado en 1985. 

La diferencia de la microtecnología con la nanotecnología, un paso más en el proceso de miniaturización, es que ésta última es la tecnología que nos permite fabricar cosas en la escala del nanómetro; es decir, una milésima de una millonésima de metro, o lo que es lo mismo, una milmillonésima de metro. Para que nos hagamos una idea, en un nanómetro caben entre tres y cinco átomos, y marca el límite de reducción a que podemos llegar cuando hablamos de objetos materiales. 

¿Qué son las “tierras raras”?. 

Las nuevas tecnologías que han nacido de los avances tecnológicos derivados de la miniaturización, están presentes en las vidas de todos, y todos los utilizamos en algún sentido, ¿Pero de qué están hechas estas teconologías?, la respuesta es: de “tierras raras”, también denominadas metales lantánidos. Estos son los siguientes: lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio, lutecio y dos que son más fáciles de encontrar que son, cerio e itilio. Diecisiete elementos fundamentales para la economía mundial asentada en la tecnología más moderna. Estos metales están presentes en los auriculares, en los aparatos de resonancia magnética y en diversos dispositivos ópticos. Pero sus principales usos son los discos duros (31% del total), los aerogeneradores[2] (26%) y los vehículos eléctricos (24%). Por ejemplo, el tungsteno se utiliza en tecnologías de la iluminación, electrónica, automotriz, aeroespacial y médica, y China produce el 91% de la producción mundial de tungsteno. También están presentes en los teléfonos móviles, las consolas de juegos, los navegadores GPS, los paneles solares y las cerámicas dentales, aunque sus usos no se limitan a la microelectrónica y la informática. Las bombillas de bajo consumo, por ejemplo, no se pueden fabricar sin ellos. y son imprescindibles en los sistemas de dirección de misiles o en las turbinas de aviones de combate y sus prestaciones se han vuelto indispensables en ramas como la industria espacial o la medicina nuclear. Todo ello ha incrementado de forma exponencial su demanda, que pasó de 1.000 toneladas anuales en 1953 a 85.000 en el 2003 y alcanzó las 150.000 a finales de 2012, con un volumen de negocio que puede rondar el billón y medio de dólares.

La expresión “tierras raras” es inexacta, su uso tiene origen en los inicios del siglo XX, cuando los científicos tenían dificultades para separar estos metales de los minerales junto con los que se hallaban. Los segregaban en forma de óxidos, entonces llamados “tierras”, que al no tener mayor valor económico fueron despachados como rarezas. Pertenecen a los elementos químicos compuestos por oxido e hidróxidos, se llaman raros no porque tengan unas propiedades extrañas, que también, sino porque están muy mal distribuidos y se presentan en una bajísima proporción. Para que nos hagamos una idea aproximada, en el caso del oro una presencia de dos gramos por tonelada se considera un yacimiento muy rico y el oro es mucho más abundante y barato que el neodimio, a lo que debemos añadir la complejidad de su procesamiento.

La mayoría de las tierras raras se extraen del tratamiento de la ganga que resta de explotar la mena de otro mineral más rentable. Por lo tanto, si no hay una concentración de este mineral que proporcione beneficios las tierras raras no se explotan. Dada su dispersión, mantener una mina específicamente para su extracción resulta costosísimo desde el punto de vista económico y energético, razones por las que, hasta fechas recientes en las que se ha incrementado su precio, no se han producido inversiones en su explotación. En consecuencia, la mayoría de los países capitalistas renunciaron a la explotación de estos minerales, optando por su adquisición a China, cuya estrategia de bajos salarios y de falta de respeto al medio ambiente para producir a precios más bajos que sus competidores de otros países tuvo éxito,  logrando expulsar del mercado a sus competidores, haciéndose con una situación de práctico monopolio mundial. Los fabricantes y suministradores de las nuevas tecnologías híbridas/eléctricas, están desarrollando nuevos productos que no incluyan la utilización de las conocidas como tierras raras. 

Lo que hace que hayan alcanzado un valor estratégico es el escenario futuro que se avecina. La necesidad de detener el calentamiento global y el encarecimiento del petróleo debido a su escasez, obligará a introducir a corto plazo una importante transformación en numerosos sectores de la economía. Los coches eléctricos, por ejemplo, sustituirán a los actuales de gasolina y gasóleo, y para que nos hagamos una idea del nivel de dependencia de las tierras raras que supondrá ese giro, baste decir que sólo el motor electrónico de un vehículo híbrido de tipo medio, requiere entre 10 y 15 kilos de lantanio.  Además de los usos civiles, el uso militar les hace ser imprescindibles, los principales equipamientos militares de vanguardia no son posibles sin su utilización, por lo que al producción de este equipo y la hegemonía militar que proporciona dependen de su uso por la industria militar. Particular interés revisten las tierras raras para la producción de sistemas de guía de misiles, aviones no tripulados y los nuevos aviones de combate F-35 Joint Strike Fighter.

Cada uno  de estos metales tiene una aplicación diferente, que a modo meramente enunciativo citamos: 

1. Cerio: utilizado para motores diésel y el colorante del cristal. 
2. Disprosio: se usa en los coches híbridos. También se usa para lámparas láser. 
3. Erbio: componente de la fibra óptica. También se utiliza como filtro de revelado fotográfico. 
4. Europio: usado en pantallas planas y máquinas de rayos láser. 
5. Escandio: utilizado en la producción de luces de alta intensidad.
6. Gadolinio: incluido en discos compactos y reactores nucleares. 
7. Holmio: imanes de gran potencia y procesos nucleares. 
8. Iterbio y 9. Itrio:  para componentes de las unidades de rayos X. 
10. Lantano: para baterías de los coches híbridos y cristales reflectantes. 
11. Lutecio: para el proceso de refinado del petróleo. 
12. Neodimio: componente de los discos duros de los ordenadores. 
13. Praseodimio: usado para motores de aviones. 
14 y 15. Prometio y Samario: Se usa en baterías y reactores nucleares respectivamente. 
16. Terbio: en bombillas de bajo consumo o lámparas fluorescentes. 
17. Tulio: para aparatos de rayos láser, rayos X y medicina nuclear en general. 
Esta es la tabla periódica de los elementos desarrollada por Mendeleiev, y es interesante ver cómo estos 17 elementos forman un cuadro aparte, dado que son un grupo químico altamente coherente en su estabilidad. Tal vez es por esto por lo que en China se hizo lo contrario que en Estados Unidos, y tras esa década de vacío e incertidumbre, aumentó la investigación y explotación de estos 17 elementos minerales.
Origen de la actual situación del mercado de tierras raras. 

Antes de la década de 1970, China exportó sin tierras raras, y el mercado mundial de tierras raras fue de los Estados Unidos, Europa y Japón. China trató de conseguir la tecnología minera para la separación de praseodimio y neodimio durante sus primeros ensayos en el 1972, hasta conseguir tener bajo control esta tecnología. Los trabajos fueron dirigidos por Xu Guangxian, un miembro de la Academia China de Ciencias, Los científicos chinos desarrollaron con éxito la tecnología de extracción más avanzada del mundo, y acabaron con el monopolio de los países occidentales en este sector. Con esta avanzada tecnología, China logró el nivel técnico de las empresas mineras occidentales de tierras raras. Como resultado, los precios se redujeron en el mercado internacional entre un treinta y un cuarenta por ciento. En virtud de este "efecto de China", algunos países occidentales, que habían monopolizado el mercado mundial de tierras raras,  detuvieron su producción. China gradualmente fue posicionándose en el mercado mundial de tierras raras, y su cuota de mercado aumentó en las décadas siguientes.

 
Entre 1985 y 1995 los Estados Unidos abandonaron la inversión en la minería de “tierras raras”, a pesar de sus abundantes recursos en  el desierto de Mojave, California que producían 20.000 de las 30.000 toneladas que se consumían al año en el mundo, es decir, un 60% de la producción mundial de entonces. La última mina de tierras raras norteamericana cerró en 2002, a causa de la tenaza formada por los problemas medioambientales que su explotación conlleva y la dura competencia de China. Se pensaba que con el consumo existente en ese momento, que permitía el autoabastecimiento de Estados Unidos, era suficiente. En esta misma década de los ochenta del pasado siglo, China comenzó la explotación de tierras raras, consiguiendo desde entonces expulsar del mercado a la competencia norteamericana, canadiense y australiana, atrayendo a las industrias de transformación de los elementos purificados, en útiles para su uso industrial a su territorio. La capacidad de previsión China, la ceguera por los beneficios que predomina en el mundo capitalista junto con la naturaleza del proceso productivo, explican la hegemonía china sobre la producción de tierras raras. El escenario actual deja clara la posición de China, el país con la mayor cantidad de reservas de tierras raras, un 38%, y el principal y casi monopólico productor con el  97% de la producción mundial. Además en China se concentra la mayor parte de las plantas de procesamiento del  mundo.

De esta manera, se ha configurado una nueva cuestión geopolítica entre las grandes potencias económicas, que se suma a la ya existente del control de la producción y suministro de los hidrocarburos. La crisis económica ha ralentizado el aumento de la demanda de tierras raras, lo que no ha evitado que aumente su precio un 1.500%. La caída de la demanda, ha hecho que China haya reducido sus exportaciones en un 33% para elevar los precios, pero cuando aumente la demanda de tierras raras por las economías emergentes, la crisis estará servida. 

Los perjuicios medioambientales en las zonas de producción de tierras raras en China: el origen inmediato del conflicto. 

El que fuera líder chino Deng Xiaoping (1904-1997) dijo sobre la importancia estratégica de las Tierras Raras para China "Los recursos de tierras raras de China pueden ser comparados en importancia con el petróleo de Oriente Medio. Ambos tienen una inmensa importancia estratégica y debemos sin duda tratar los asuntos de tierras raras con cuidado, dando rienda suelta a las ventajas que ofrecen". Pero las tierras raras también ofrecen graves inconvenientes para el medio ambiente en los lugares de extracción y transformación. Por eso, el gobierno chino quiere acabar con la explotación irregular de tierras raras y ha estado clausurando minas y fundiciones sin habilitación. Los mayores productores de China contaminan a niveles mucho mayores a los permitidos en Estados Unidos, Europa y demás países occidentales.


Baotou es la capital internacional de las tierras raras, y también de la contaminación. En esta región se concentran el 80% de las reservas de estas materias primas en China y, por lo tanto, es la principal región productora del mundo. La empresa Baotou Steel Rare Earth controla su producción cerca de la ciudad y procesa los metales a gran escala. Los habitantes del lugar dijeron que las toxinas resultantes estaban envenenando el agua, el aire, los cultivos y a los niños, y al menos un importante ejecutivo de esta compañía, Su Wenqing, ha respaldado las protestas en un informe publicado hace dos años: "Si tomamos en cuenta los recursos y los costos ambientales, el progreso de la inusual industria de las tierras ha tenido un enorme costo para la sociedad".

Esta situación de deterioro medioambiental, junto al agotamiento acelerado de las reservas, es lo que ha motivado la reestructuración del sector en China. 

La producción de tierras raras fuera de China. 

La situación de dependencia respecto de la producción china vive el mercado de tierras raras, ha motivado que en los países compradores se lancen a buscar fuentes alternativas o medios sustitutivos de estos metales.

El país americano con mayores reservas de tierras raras es Brasil, pero no es un gran productor debido a la falta de capacitación del sector industrial y empresarial, por lo que su producción representa el 0.28% de la producción mundial.
En Estados Unidos la compañía Molycorp inició la extracción de tierras raras ligeras de la mina a cielo abierto Mountain Pass en la década de 1950. Los altos costes medioambientales, combinado con la competencia de precios de China hizo que la mina se cerrara en 2002.

Desde entonces otras empresas han estudiando minas potenciales en Canadá, Alaska y Australia. Desde 2010, la Canadian International Minerals está realizando catas en el norte de EE.UU. para conseguir una fuente alternativa a la producción china para el neodimio y el cerio, que son los más fáciles de extraer.

Más al sur, la multinacional Molycorp está haciendo lo mismo en el estado de Nevada. Ambas corporaciones junto con la australiana Lynas, son las únicas mineras que pueden aliviar la dependencia de EE.UU. Pero Molycorp es la primera de ellas que ha vuelto a anunciar que tiene una fuente viable. Pero es relativamente pronto para obtener resultados. Molycorp parece tener confianza en sus tierras raras ligeras, y está gastando 718 millones de dólares para poner a punto su equipo y ampliar la producción potencial a 40.000 toneladas al año. Pero no  ha hecho público ningún pronóstico sobre qué hallará cuando empiece a perforar para las variedades pesadas: En consecuencia, no puede afirmar nada respecto a la cantidad o la calidad de dichos depósitos de tierras raras o que dichos depósitos se convertirán en reservas probadas.

Se estima que la producción de tierras raras no empezará a dar resultados apreciables hasta transcurridos entre diez y quince años en el caso de que realmente se decidiera EE.UU. a  contrarrestar la hegemonía china reactivando la extracción propia; mientras tanto, la industria norteamericana estará a merced de que las contrapartidas que ofrezca sean juzgadas suficientes por Pekín.

Por esta razón, y trabajando a contrarreloj, algunos fabricantes de componentes eléctricos que participan como suministradores de las marcas de coches, están trabajando en diseñar nuevas tecnologías que no contengan tierras raras. Mitsubishi Electric, Toshiba y TDK están desarrollando, distintos prototipos de motores eléctricos que emplean imanes permanentes, pero que dan de lado al material rey en este tipo de producto, el disprosio. De entre las tres, es Toshiba la única que sustituye el disprosio por otra tierra rara, el sumerio, un material que se beneficia de una explotación en otros yacimientos fuera de China, como son: EE.UU. y Australia.


El pasado mes de Marzo Japón ha sido uno de los más directos perjudicados por la dependencia de la producción china. Por ello ha investigado la posibilidad de la existencia de nuevos yacimientos, descubriendo recientemente en el fondo del océano Pacífico a unos 2.000 km al sureste de Tokio, cerca de la isla de Minamitorishima, nuevos yacimientos que albergan algunos de los 17 metales lantánidos, en concentraciones entre 20 y 30 veces superiores a las de las minas chinas, lo cual podría ser una gran ayuda para las industrias japonesas.  De confirmarse, este descubrimiento sería un alivio para los fabricantes nipones, que han sufrido en ocasiones de las  restricciones supuestamente impuestas por las autoridades de Pekín a causa de la disputa territorial entre las potencias asiáticas  por el archipiélago de Senkaku, comprado por el Gobierno japonés a sus propietarios privados el otoño pasado pero que China considera parte de su territorio legítimo.

Actualmente Japón importa de China el 90% de los metales utilizados en la fabricación de numerosos productos de alta tecnología, desde motores de viento y eléctricos para automóviles hasta 'smartphones', materiales superconductores, imanes y láseres, entre otros.

El único obstáculo para la extracción es la profundidad del yacimiento, ya que las muestras de barro extraídas se encuentran a 5.800 metros bajo el océano, y todavía no se conocen en minería casos rentables de extracción de estos metales a profundidades superiores a 5.000 metros.

En España hay dos posibles yacimientos, uno en Extremadura y otro en Galicia, pero aún están por estudiar a fondo. El problema español se agrava por la inexistencia de una política nacional en todos los sentidos, y la política sobre materiales estratégicos no es una excepción, por lo que a diferencia de Finlandia, Suecia, Alemania o Francia que tienen estrategias sobre recursos minerales, la última que tuvo España es de los años sesenta.

La última novedad aconteció el pasado mes de Mayo, dos grupos de investigación de la Universidad de Cádiz (UCA) han obtenido catalizadores que no contienen metales nobles en su formulación y tienen un bajo contenido en lantánidos y presentan buenas propiedades de almacenamiento de oxígeno. Estos catalizadores podrían ser de gran interés en la depuración de gases de escape de motores de combustión y en la catálisis más barata de cualquier reacción en la que se requiera la activación de moléculas de hidrógeno o intercambio de oxígeno. Otra de sus ventajas es que pueden operar a ‘bajas’ temperaturas, entre 150 y 500 º C, lo que también supone un menor coste energético. Los investigadores partieron de la idea de no sustituir a los lantánidos, ya que son los elementos que mejor se conocen, pero sí optimizar y reducir la cantidad usada. El equipo ha conseguido que un óxido se comporte químicamente en algunos aspectos como un metal, algo que “en sí mismo, también es de interés científico”.

Hasta ahora muchos de los procesos catalíticos que usa la industria, como la del automóvil o la alimentaria, están basados en una composición centrada en metales nobles y óxidos de lantánidos. Ambos son caros, especialmente los primeros. Además los segundos generan una dependencia estratégica del mercado asiático, productor mundial mayoritario de tierras raras.

El estudio se ha publicado en el Journal of Materials Chemistry A y también se ha patentado. Ahora los científicos tratan de aplicar su invento a problemas industriales concretos, así como colaborar con otros grupos para ver otras posibilidades de la patente.

Mientras tanto, el gobierno español sigue reduciendo el presupuesto dedicado a I+D+I, expulsando de España a los investigadores nacionales, destruyendo así las posibilidades de supervivencia de España como nación independiente. Quizás no les interese nuestro destino a los banqueros y a sus políticos, pero nuestros científicos son la garantía de nuestro futuro. 

La “guerra” comercial entre Estados Unidos, UE, Japón y China.

En 2010 China restringió la exportación de tierras raras por dos motivos: en primer lugar por su necesidad de estas tierras raras para asegurar su propio crecimiento (actualmente alrededor de. 70% toda la SE-producción), un crecimiento que seguirá durante la próxima década por lo que, previsiblemente, continuará la reducción de sus exportaciones, con los efectos que ello tendrá sobre el resto de países; y en segundo lugar, por las ventajas que puede obtener en una negociación con las potencias consumidoras inquietadas por estas políticas restrictivas de exportación, forzando el traslado de las instalaciones de producción de alta tecnología occidentales a su propio país.

Debido a la creciente demanda de estos productos en la época actual, China ha revalorizado su precio y multiplicado sus aranceles, impuestos y demás tasas, hasta elevar su precio en varias veces su valor base hace unos pocos años. Además, en 2010 comenzó a restringir de forma súbita las exportaciones, haciéndolas caer bruscamente un 72%. Eso significa que China exportó 8.000 toneladas en el segundo semestre de 2010, frente a las 28.000 que exportó en el mismo período del 2009,  reduciendo la cuota de exportación en un 32% para las empresas domésticas y en 54% para las empresas con participación extranjera. Además, en 2010, China suspendió temporalmente los envíos de tierras raras a Japón, lo que provocó un fuerte repunte en los precios de estos minerales y un grave perjuicio para la industria japonesa. China ha centralizado su sistema de exploración y extracción de tierras raras y mineral de hierro, para lo cual delimitó desde enero de 2011 las primeras once zonas donde el Estado efectuará actividades de explotación de estos materiales. Los propósitos principales de esta medida, según el Ministerio de la Tierra y Recursos, son proteger el medio ambiente y facilitar el desarrollo sostenible de los recursos naturales estratégicos del país. Las once zonas de tierras raras, situadas en la prefectura de Ganzhou, en la provincia de Jiangxi, cubren más de 2.500 kilómetros cuadrados y se estima que acogen 760.000 toneladas de minerales de tierras raras. Las dos zonas de reservas de hierro están en Panzhihua, provincia de Sichuan. Las mismas cubren más de 460 kilómetros cuadrados y tienen existencias para garantizar la extracción de 16,8 millones de toneladas por año.

Estas medidas, que tiene un marcado cariz proteccionista, significa un paso más en el ascenso de China como superpotencia mundial y supone poner en jaque al imperio tecnológico de Occidente, que ha desatado las alarmas en Japón, la Unión Europea y Estados Unidos, cuya industria militar depende esencialmente del abastecimiento asiático. La reacción occidental no se hizo esperar.
En noviembre de 2011, el Joint Research Centre (JRC) de la Unión Europea publicó un informe en el que destacaba la dependencia europea de las tierras raras chinas, el estudio partía de un análisis del Strategic Energy Technology Plan que es un proyecto para conseguir los objetivos de reducción de emisiones de CO2 con el concurso de las energías renovables. En el informe se analizaba el papel de catorce metales estratégicos y su papel en las diferentes tecnologías energéticas (eólica, solar, nuclear, secuestro de carbono y redes eléctricas inteligentes) y el nivel de dependencia en su suministro. La situación fue considerada crítica en cinco de los catorce metales considerados. Dos tierras raras, el neodimio, del que China produce el 95% de la producción mundial, el disprosio y tres subproductos del procesado de otros metales, el indio, el galio y el telurio, podrían dar al traste con los objetivos energéticos europeos para 2020. El estudio llamaba la atención sobre la posibilidad del encarecimiento o desabastecimiento de otros tres materiales como consecuencia del aumento de la demanda con ritmos de crecimiento del 10% anual: el indio, importantísimo en las tecnologías más avanzadas de energía solar; el telurio, que interviene en la miniaturización de las placas electrónicas; y el galio que juega un papel crucial en los semiconductores.

Dos meses después el Departamento de Energía de EEUU publicó el informe 2011 Critical Materials Strategy (estrategia de materiales críticos), destacando el rol jugado por seis tierras raras diferentes en las tecnologías que hacen posible las energías renovables, de las que EE.UU. no produce ninguna. La novedad del informe norteamericano respecto del europeo, era la consideración del litio como material estratégico que, aunque ha tenido otros usos en el pasado, en la actualidad se destina a la fabricación de todo tipo de baterías. Según este informe, el aumento de la demanda de litio hace que surjan dudas respecto de la interrupción del suministro. Además, el país con mayores reservas de litio es Bolivia, que con la presidencia del indigenista Evo Morales, no inspira ninguna confianza al Imperio. 

El 13 de marzo de 2012 la Unión Europea junto con Estados Unidos, México  y Japón, solicitó formalmente consultas para la resolución de una disputa con China ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Los demandantes presentaron quejas ante la OMC en 2009 en las que afirmaron que la restricción china a las exportaciones de nueve materias primas, incluyendo el zinc, el coque y el magnesio, elevó los precios globales y benefició a la industria nacional de ese país. China argumentó que dichas restricciones buscaban proteger el ambiente y los recursos no renovables. 

La OMC es un organismo dependiente de los poderes supranacionales desde su concepción y origen. Es por nacimiento y concepción contraria a la soberanía de los Estados nacionales, y por ello impone un único conjunto de reglas comerciales integrales para todo el mundo, y requiere a los países miembros para que se adhieran a las obligaciones fundamentales de no discriminación entre nacionales y extranjeros,  rebaja de las barreras comerciales, restricciones no cuantitativas y transparencia en la administración de su comercio en relación con su sistema económico. Es decir, la
indefensión absoluta de las comunidades nacionales frente al poder de las corporaciones mundialistas. No obstante lo anterior, utiliza como coartada una apariencia de  respeto por la soberanía de los Estados miembros en ciertas circunstancias prescritas. Así ocurre con las medidas necesarias para proteger los recursos, el medio ambiente y la salud de los ciudadanos, pues considera justas y están permitidas por la cláusula de Excepciones Generales de la OMC[3], las restricciones a la exportación, si están acompañadas por restricciones simultáneas sobre la producción nacional o el consumo. Es decir, que no se puede adoptar decisión alguna en beneficio de los nacionales de un país por su Estado, si esta decisión perjudica a los extraños. 

Sin embargo, respondiendo al juego de poder que subyace en este organismo, la decisión de la OMC ha negado a China el uso de esta cláusula. El 30 de enero, el órgano de arbitraje  tomó su decisión sobre la queja presentada por México, la UE y EE.UU. a final de 2009, y tras examinar el caso durante dos años, determinó que China violó una serie de normas comerciales al restringir las exportaciones de materias primas clave para la producción industrial, incluyendo el cinc y la bauxita. La decisión afirma que las restricciones chinas a la exportación no eran consistentes con las previsiones de la OMC y los compromisos suscritos por China en el protocolo de acceso a la OMC. Esta decisión erosionaba el derecho soberano de China a proteger la salud de su pueblo y conservar sus recursos naturales. Un derecho con el que cuentan todos los estados miembros cuando se adhieren por sí mismos a las normas de la OMC. El órgano de litigación negó a China el derecho a recurrir al artículo 20º del GATT para justificar sus restricciones a la exportación de materias primas, simplemente porque la sección de obligaciones de exportación del protocolo de acceso de China a la OMC no menciona explícitamente este artículo. Es obvio que las cláusulas centrales del GATT sobre las obligaciones de los países respecto de la no discriminación y las restricciones no cuantitativas no menciona el artículo 20º, pero aun así los Estados miembros no pierden los derechos contenidos en este artículo. 

Lo cierto es que, como han manifestado extraoficialmente desde China, no importa cuál sea el resultado del pleito, China acelerará firmemente sus pasos de reajuste de la industria de tierras raras del país, y así China no será obligada a vender tantas tierras raras, según un funcionario anónimo de la Sociedad China de Tierras Raras. Además aseguró que China no elevará las cuotas a corto plazo dada la necesidad de gestionar de forma efectiva sus recursos. 

En mayo de 2012, reafirmando su posición de gestionar sus propios recursos conforme a sus intereses nacionales, el gobierno chino anunció que permitiría a varias grandes empresas controlar el sector, al tiempo que proclamaba su intención de intensificar las regulaciones y la supervisión de la industria en diversos ámbitos, desde los sistemas de explotación y procesamiento, hasta la protección medioambiental y las exportaciones. 

Mientras tanto, el precio de los productos de las tierras raras en el mercado internacional ha caído rápidamente desde la segunda mitad de 2011, debido a la desaparición de burbujas especulativas y a la reducción en el uso de dichos elementos por parte de los fabricantes. El precio medio del óxido de lantano, un elemento de tierras raras usado en las baterías recargables y los catalizadores de refinamiento, era de 129.167 yuanes (20.500 dólares) por tonelada en el último trimestre de 2011, un 15 por ciento inferior al registrado entre julio y septiembre, según datos de Shanghai Steelhome Information (Xinhua). 

Obviamente la demanda presentada por la UE, EE.UU. y Japón continúa su tramitación.  El Ministerio chino de Industria y Tecnología de la Información, anunció que estaba listo para defenderse a los alegatos en contra de la posición. Mei Xinyu, investigador asociado de la Academia de Comercio Internacional y la cooperación económica. 

China está cargada de razón para defender sus intereses nacionales, imponiendo, si lo juzga oportuno, estrictos controles sobre sus exportaciones de tierras raras, incluso si esto significa un aumento en los precios de estos valiosos recursos. El problema es, que las normas de la OMC, de los Estados Unidos y Europa, son injustas y han sido elaboradas en beneficio de los intereses imperiales de EE.UU. y sus vasallos. Sin embargo, cuando las reglas no benefician sus intereses, acusan a los países en desarrollo de violar las reglas de la OMC si tratan de proteger sus derechos legítimos. 

No se debe olvidar que China tiene el 38% de las reservas
mundiales, y que un aumento de la demanda de un 105 anual acabarían con las mismas a medio plazo, situando a China en una situación de dependencia respecto del extranjero, a lo que hay que añadir todos los efectos dañinos de la contaminación medioambiental. En realidad, EE.UU. y sus vasallos pretenden mantener abierto el mercado de tierras raras chinas a bajo precio, hasta que hayan logrado la puesta en marcha de sus propias minerías. La industria china de tierras raras, sería incapaz en el futuro de mantener un desarrollo sostenible. 

A largo plazo, una estrategia que combine la diversificación de las fuentes con el uso eficiente y la aplicación de tecnologías de reciclado y sustitución, permitirá a Occidente y a Japón superar su dependencia en el suministro de elementos de tierras raras de China. Puede ser que se necesiten varios años, pero sucederá. Y mientras tanto, la cooperación produciría resultados mucho mejores para ambos lados. 

Occidente y Japón tienen la posibilidad de ofrecer a China acceso a tecnologías mineras sostenibles, así como a los sistemas de certificación, los cuales ayudarían a reducir el comercio ilegal de minerales de tierras raras. Después de todo, la disminución del daño ambiental que marcha aparejado a la explotación de tierras raras y del negocio ilegal de tierras raras, son dos de las principales preocupaciones del Gobierno chino con respecto a este sector. Compartir estas tecnologías, a cambio de un acceso fiable a la oferta de tierras raras en los próximos diez o quince años beneficiaría a ambas partes. Pero parece improbable que esto suceda, el tablero geoestratégico en el que se juega la partida entre China y EE.UU. por el acceso a la energía, hace difícil que pueda darse una colaboración estrecha. Sobre todo si tenemos en cuenta que China es una potencia en auge y los EE.UU. están declinando en todos los aspectos excepto en el militar. 

Hay otros temas relacionados con las materias primas en los que la colaboración con los países industrializados beneficiaría a China, a las economías emergentes y a los países en desarrollo ricos en recursos naturales. Y también es cierto que esta colaboración podría dar lugar a un sistema de cuotas de exportación, que podría autoabastecer a China, además de hacer posible que deje de exportar productos en bruto mejorando la producción de productos terminados de alta tecnología. Además, la colaboración aseguraría el mantenimiento de un nivel de precios aceptable debido a la gran demanda de estos materiales existente.

Existen motivos válidos  que explican, al menos en parte, la reacción de China: 

1º Las tierras raras con recursos finitos muy valiosos y China consume más de la mitad de su producción, y esta demanda está en aumento; 
2º El proceso de extracción, separación y refinado es muy perjudicial para el medioambiente y para la salud de las personas, lo que debe ser tenida en cuenta. No debe olvidarse que alrededor del 50% de la población china reside en el medio rural y su economía es agrícola; 
3º  China lleva más de 50 años explotando, comerciando e invirtiendo en investigación y desarrollo científico de las tierras raras; por lo que sus reservas han disminuido de manera sustancial y el daño al medio ambiente ha sido muy grande por el tipo de explotación intensiva realizado. 

La colaboración estaría muy bien, pero la cuestión nunca ha sido una mera controversia comercial, ya que para este caso en particular poco importa si EE.UU. puede lograr o no el autoabastecimiento de tan preciados minerales. El conflicto siempre ha sido por el control de recursos estratégicos que pueden determinar el destino de la hegemonía militar y el impulso de la economía de un país. La partida es la primacía del desarrollo y la innovación tecnológica, una estrategia basada en políticas de largo plazo orientadas a la investigación y la consolidación del desarrollo científico chino. Si bien las medidas adoptadas por el gobierno chino, suspensión de la producción, cuotas de exportación, pueden parecer una “guerra comercial” contra sus principales clientes para provocar un aumento del precio, no lo es en realidad. 

La “guerra” por las tierras raras no ocupa el centro de las relaciones de China con EE.UU., el nuevo y el viejo imperio. Pero en el ajedrez, un arte que los chinos dominan desde hace siglos, las batallas por los flancos esconden la intención de hacerse con el dominio del centro del tablero, que es la antesala de la victoria.

[1] Es el proceso tecnológico mediante el cual se intenta reducir el tamaño de los dispositivos electrónicos. 
[2] Las energías renovables, consistentes en placas solares y molinos, no necesitan más tierras raras que las normales en cualquier circuito electrónico. El principal y fundamental componente de las placas solares fotovoltaicas es el silicio, y solo un pequeño porcentaje de aerogeneradores utiliza los imanes de neodimio, que son totalmente prescindibles en los molinos. El uso de tierras raras no es imprescindible para la explotación de la energía eólica. Dentro de la producción eólica, el planteamiento de las grandes compañías, pasa por los grandes aerogeneradores marinos de hasta 20 Mw., dentro de un sistema de generación centralizada que les haga perpetuar el control del sistema y del negocio. Para estos proyectos sí parece que es más necesario, no imprescindible, el sistema de transmisión directa que requiere de los imanes permanentes fabricados con el neodimio. Este sistema de producción centralizada con estos grandes aerogeneradores marinos, no es viable, y lo que es realmente razonable y viable, es una producción más distribuida de la energía, a través de centrales eólicas más pequeñas, con aerogeneradores también más pequeños, que solo requieren para su construcción básicamente de acero y cobre. 
[3] En concreto el artículo 20º del Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio (GATT, siglas en inglés) permite medidas “necesarias para proteger la vida y la salud humana, animal o vegetal” o “relativas a la conservación de recursos naturales agotables”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"La América española como la España entera
fija está en el Oriente de su fatal destino;
yo interrogo a la Esfinge que el porvenir espera
con la interrogación de tu cuello divino."

Rubén Darío

Anónimo dijo...

Bueno, muchas inexactitudes. Yacimientos de TRR en España, los hay mejores que los extremeños o gallegos que se mencionan.

El oro es mucho, por no decir muchísimo menos abundante que el neodimio.