El nombre de la periodista
estadounidense Helen Thomas quizás les resulte desconocido, especialmente fuera
de los EE.UU., pero cualquier periodista ha podido reconocer en esta mujer el
coraje, la honradez y la dignidad de un profesional de la información durante
las últimas décadas. Thomas, que fue todo un icono de la sala de prensa de la
Casa Blanca, en la que cubrió a todos los presidentes desde John F. Kennedy
hasta Barack Obama, ha fallecido este 20 de Julio a los 92 años.
Decana de los periodistas acreditados
ante la Casa Blanca, Thomas se ganó a lo largo de 57 años un lugar de
privilegio en su sala de prensa, una silla en la primera fila desde la que puso
en aprietos a todos los que interpeló con sus preguntas directas, ácidas, bruscas, molestas, astutas y
sin concesiones. Incomodó con ellas a todos los portavoces de la casa Blanca y
a todos los presidentes desde Dwight Eisenhower hasta Barack Obama. Tradicionalmente,
en cada conferencia de prensa formulaba la primera pregunta y cerraba su
interrogatorio con un: “Thank you mr.
President”.
Nació en 1920 en una familia de
inmigrantes libaneses de bajos ingresos en Winchester, Kentucky, el 4 de agosto
de 1920. Creció junto a sus ocho
hermanos en Detroit, Michigan, donde fue a la Universidad Estatal Wayne, en la
que se graduó en 1942. En octubre de 1971 se casó con Douglas Cornell, que
murió en 1982. Una vez graduada se trasladó a la capital estadounidense para
trabajar para el diario Washington Daily News. En 1943 empezó a trabajar para
la agencia United Press International (UPI), en la que permaneció la mayor
parte de su carrera, primero como reportera de asuntos relacionados con las
mujeres y más tarde como periodista política. En 1960 cubrió la carrera a la
presidencia de Kennedy y se convirtió en corresponsal en la Casa Blanca a su
llegada al poder, en enero de 1961.
Publicó varios libros sobre la
personalidad de muchos presidentes, sus intimidades, su carácter, sus aciertos
y errores: “Front Row at the White House: My Life and Times”, en 1999; “Thanks
for the Memories Mr. President”: “Wit and Wisdom from the Front Row at the
White House”, en 2002, y “Watchdog of democracy?:
The Waning Washington Press Corps and How It Has Failed the Public”, en 2006, en donde expone el declive de
la calidad y la ética del periodismo de hoy.
En el plano ideológico, Thomas era
conocida por ser lo que en EEUU se llama
una 'liberal' irredenta, es decir,
una izquierdista radicalmente opuesta a los republicanos. En 2006 dijo a la
revista "Ms. Magazine": "Respeto la presidencia, pero nunca
trato a los funcionarios públicos como un objeto de adoración. Nos deben la
verdad". Y pagó su precio por ello.
Helen Thomas y J. F. Kennedy |
Trabajó como corresponsal para la
United Press Internacional (UPI), desde el año 1943 hasta el 2000, momento en
el que renunció cuando se produjo la compra de la UPI por parte de un grupo
empresarial controlado por el reverendo Sun Myung Moon, el coreano
fundador y líder de la secta “Iglesia de la
Unificación”. La News World Communications, es una compañía multimedios
cuyo principal periódico es ”The Washington Times”, con periódicos y revistas en más de veinte países y en
cuatro idiomas diferentes, que generó un cambio tecnológico y editorial en las
políticas de la UPI que Thomas consideró contrarias a sus convicciones. Ella
pertenecía a una generación de periodistas que buscaban eliminar las prácticas
monopólicas y el control de la información por unas cuantas empresas, por lo
que el hecho de trabajar en exclusiva para este consorcio le pareció que le
privaba de su libertad de información. Por lo tanto, continuó su labor como
columnista de grupo Hearst Newspapers Corporation, antiguo propietario de la
agencia UPI, que posee quince periódicos.
Era admirada por muchos y temida por
otros, por su crítica aguda de la política exterior estadounidense hacia
Oriente Medio y su parcialidad en favor del gobierno israelí. Como hija de inmigrantes libaneses, Thomas nunca
escondió su simpatía por los árabes y los palestinos en sus preguntas en las
sesiones informativas en la Casa Blanca, hecho que le valió el distanciamiento
de muchos congresistas, periodistas y miembros del gabinete presidencial.
Lo que molestaba de Thomas eran sus
preguntas sencillas, esas que cualquier
persona de la calle podía formular, pero que nadie hacía. Como cuando le
preguntó a Obama, en plena campaña contra Irán por la actividad de este país en
el ámbito de la energía atómica, sobre la existencia de otros arsenales nucleares
en Oriente Medio en clara alusión a Israel. El peso político de su opinión
estaba fuera de toda duda. En una ocasión, un periodista del diario USA Today
le preguntó a Fidel Castro cuál era la diferencia entre la democracia cubana y
la democracia estadounidense, y Castro respondió: “Yo no tengo que responder las preguntas de Helen Thomas”.
Thomas fue muy crítica con Bush por
llevar a Estados Unidos a “una guerra sin
sentido en Iraq, una calamidad que aún ocurre después de casi seis años desde que él dejó el cargo”. Y decir en sus críticas que: “antes del 11 de septiembre de 2001, el
gobierno ignoró importantes alertas tempranas de un ataque inminente contra
Estados Unidos”. Finalmente, George W. Bush le retiró todos los privilegios que tenía como decana de la prensa,
cuando el 21 de marzo de 2006 lo sorprendió con la siguiente aseveración: “Me gustaría preguntarle a usted, señor
Presidente, sobre su decisión de invadir Iraq, un hecho que ha causado la muerte
de miles de estadounidenses e iraquíes y profundas heridas en muchas personas
para toda la vida. Cada una de las razones, al menos las conocidas
públicamente, han resultado no ser ciertas. Por ello, mi pregunta es: ¿Por qué
deseaba usted realmente ir a la guerra? ¿Cuál fue su verdadera razón?“. Llegando
a asegurar: “estoy cubriendo al peor
Presidente en la historia de los Estados Unidos”.
Bush Y Helen Thomas |
A partir de entonces y hasta la
llegada del Presidente Barack Obama, “la
señora Thomas” como todos la llamaban, fue relegada al fondo de la sala de prensa de la
Casa Blanca y sus intentos de preguntar sistemáticamente ignorados hasta el 19
de febrero de 2009, el día que Barack Obama participó en su primer encuentro
con los reporteros y corresponsales acreditados, en el que Obama instruyó a su
equipo para que se sentara a Helen Thomas nuevamente frente al pódium y se
extendieran en sus consideraciones por Thomas ante su dilatada trayectoria. Al término de la conferencia de
prensa, Obama solicitó una fotografía con ella como un acto de reivindicación
ante los medios de comunicación del país. Ello, sin embargo, no evitó sus polémicas
preguntas en las ruedas de prensa diarias al portavoz presidencial Robert Gibbs,
del que se ganó una abierta enemistad.
El origen de su condena pública no
está en las declaraciones que la llevaron a ser apartada de la profesión. La
verdadera trasgresión de Helen Thomas a los límites impuestos por el control
sionista de los EE.UU. se ha venido produciendo durante años en la sala de conferencias de la Casa Blanca.
Helen Thomas fue la única de entre los periodistas acreditados que desafió la
campaña de falsedades de Bush. En una rueda de prensa de la Casa Blanca en el
2006 le planteó a Tony Snow, secretario de prensa de Bush, una pregunta en la
que insinuaba que EE.UU. apoyaba "el
castigo colectivo del Líbano y Palestina" y la respuesta fue: "Bueno, le doy gracias por el punto de
vista de Hezbolá"[1].
Esta respuesta suponía incluir a la periodista en el grupo de “los terroristas”.
Con ella se calificaba todo cuestionamiento, disentimiento u oposición a Israel
y EE.UU. como una forma de actividad terrorista. Lo que sirvió de aviso y amenaza
a cualquiera que planteara semejantes preguntas, que en un país en el que
puedes ser asesinado por el gobierno con una simple decisión del presidente no
es poca cosa. Nuevamente Helen Thomas transgredió los límites tras la masacre
israelí del Mavi Marmara, el buque que intentó romper el bloqueo de Gaza para
llevar ayuda humanitaria, cuando el 26 de Mayo de 2010 se atrevió a plantear una
pregunta obvia a Robert Gibbs, Secretario de prensa de la Casa Blanca, que
nadie se atrevía a formular: "Si
cualquier otra nación del mundo lo hubiera hecho, nosotros habríamos armado un
escándalo" y preguntó: "¿Cuál
es la relación sacrosanta e irrompible de EE.UU. con un país que mata y
boicotea adrede a la gente’ ¿por qué instigamos y secundamos el boicot?". ¿Durante
cuánto tiempo le iban a permitir que siguiera planteando semejantes preguntas?. Su suerte
estaba echada.
Al día siguiente, el 27 de mayo de
2010, cuatro días después del ataque a la flotilla del “Mavi Marmara”, durante la
celebración del Mes de la Herencia Judía en la Casa Blanca. El rabino David
Nesenoff provisto de una cámara de video se dirigió a Thomas en los jardines de
la Casa Blanca preguntándole de forma inocente: “¿Algún comentario sobre Israel?”. La pregunta era una provocación,
similar a preguntarle a un judío: “¿Algún
comentario sobre la Alemania nazi?”. Porque Nesenoff no ignoraba que Thomas
es hija de padres libaneses, y tampoco ignoraba que había cuestionado a un
presidente tras otro sobre la política estadounidense en Oriente Medio. Pero Thomas
tampoco desconocía el carácter provocador de la pregunta, porque sabía quién
era su interlocutor, y percibía el desafío implícito que suponía discrepar de
la corrección política impuesta durante décadas por la propaganda sionista, que automáticamente
identifica cualquier crítica a la política del Estado israelí o a los judíos
con la apología del genocidio y el odio. Thomas, que venía desafiando a los
sionistas desde hace décadas en la persona de los presidentes más poderosos de
la tierra, aceptó el reto y contestó: “Dígales
que salgan volando de Palestina. Recuerde que [los palestinos] sufren una ocupación, y que ésa es su
tierra, no es Alemania, no es Polonia”. Thomas se rió en seguida de sus
propias palabras, sabiendo que el rabino no se esperaba ese valor en una
anciana de 89 años. Nesenoff le preguntó entonces a dónde debían ir los judíos
que viven en Israel, y Thomas repuso: “Deberían
volver a su casa, a Alemania, a Polonia, a los Estados Unidos”. Dijo además
que estaba familiarizada con los problemas de Oriente Medio por su ascendencia
libanesa, y le devolvió el reto: “Ejerzan
el periodismo, no se van a arrepentir”. Thomas había caído en la trampa.
La conversación informal, que no
entrevista, fue grabada en video y expuesta en la página de internet www.rabbilive.com[2].
El escándalo comenzó cuando la noticia llegó a los medios el 7 de junio de 2010,
y la maquinaria de la prensa judía aprovechó la ocasión para pedir la cabeza de
Thomas. La periodista advirtió el error cometido al ceder a la provocación. Había
cruzado la raya que la llevaría fuera de la profesión. En su blog publicó una
nota de disculpa que decía: “Lamento
profundamente los comentarios que hice la semana pasada acerca de Israel y los
palestinos. No reflejan mi profunda convicción de que la paz sólo llegará al
medio oriente cuando todas las partes reconozcan la necesidad de respeto y
tolerancia recíprocos. Ojalá ese día llegue pronto”.
Fue inútil, la prensa sionista continuó
su campaña de prensa, y pusieron de relieve los orígenes libaneses de Thomas,
advirtiendo en este detalle una evidente “motivación
antisemita y racista”. El razonamiento que se buscaba inducir era este: Thomas
es árabe, los árabes odian a los judíos, Thomas odia a los judíos, y por lo
tanto sus preguntas y cuestionamientos no nacen de un legítimo interés
periodístico, sino de su odio a los judíos.
Y comenzó la cacería. El ex portavoz
de la Casa Blanca, Ari Fleischer exigió el despido de Helen Thomas diciendo: “Ella debe perder su trabajo vitalicio. Como
judío y conocedor de su trabajo, creo que es espantoso porque aboga por la
depuración religiosa pro musulmana. Si un periodista o columnista dijera lo
mismo sobre los negros o hispanos, seguro que ya habrían perdido sus
empleos”.
Por su parte, la agencia Nine Speakers, que promovía los libros y conferencias
de la periodista, dijo que ya no podía seguir representándola. Un instituto de
Bethesda, Maryland, donde Thomas iba a inaugurar este mes el ciclo lectivo canceló la conferencia que iba a dar y varios columnistas acreditados en la Casa Blanca pidieron que se
le quitara su puesto en la primera fila de la sala de prensa. Por su parte, su mortal enemigo el portavoz de la
Casa Blanca, Robert Gibbs, entró sorprendentemente en la polémica, calificando
las afirmaciones hechas por Thomas de "ofensivas
y reprobables". Gibbs dijo que no ha hablado sobre el tema con Obama
pero considera que Thomas "debería
disculparse, algo que ya ha hecho, porque sus observaciones obviamente no
reflejan en absoluto la opinión de la mayoría de los presentes y ciertamente,
no la de la administración". La Asociación de Corresponsales de la
Casa Blanca calificó los comentarios de Thomas de "indefendibles", y los medios conservadores como la Fox, el
mismo medio al que defendía Thomas unos meses atrás frente al vacío que le hacía
la administración Obama, fiel a la voz de sus amos descalificó las opiniones de
Thomas y pedía su cabeza. La pieza de esta cacería estaba
acorralada y la prensa obediente al lobby judío se cobró su trofeo. La cadena
de periódicos Hearst, para la cual trabajaba, le pidió la “jubilación con efecto
inmediato”. Y terminó su carrera profesional vilipendiada.
Robert Gibbs |
Thomas fue responsable de haber cometido
un delito de nuevo cuño: el delito de opinión. Cualquiera puede opinar sobre cualquier
cuestión. Pero hacerlo sobre el origen y constitución del Estado de Israel,
sobre la suerte y los derechos de los palestinos que poblaban su territorio y
que desde 1945 viven en campos de refugiados, sobre la expansión territorial
del Estado israelí más allá de sus fronteras originales por medio de guerras de
agresión, sobre el carácter de parias de los árabes que habitan en ese territorio
o sobre el tan permanentemente recordado “Holocausto”, opinar sobre todo eso de modo discrepante con el
sionismo, es delito.
Poco después, en una entrevista con la
estación de radio de Ohio WMRN-AM, la veterana ex reportera criticó a EE UU por no
permitir a la gente hablar sobre las políticas de Israel en contra del pueblo
palestino. “Usted no puede criticar a
Israel en este país y sobrevivir”, dijo Helen Thomas. En esta entrevista dijo
que los comentarios fueron “exactamente
lo que pensé”, aunque luego pronto se dio cuenta que era el fin de su
carrera. “Fue muy duro las dos primeras
semanas. Luego de eso, salí de mi coma”, dijo Thomas.
En Abril de 2011 se publicó una nueva
entrevista a Thomas en la revista “Playboy”[3],
en la que defendió sus comentarios originales. "Yo sabía exactamente lo que estaba haciendo, yo puse toda la carne al asador", y hablaba
abiertamente:
Sobre la situación en Palestina: “ellos [los judíos americanos] iniciaron la ley Jackson-Vanik, que decía
que EEUU no comerciaría con Rusia a menos que permitiera una ilimitada emigración
judía. Pero no fue emigración a Estados Unidos, lo cual hubiera estado bien
para mí. Fue para ir a Palestina y desarraigar a estas personas, arrojarlas de
sus hogares, lo que ellos han hecho a través de muchas guerras. Eso no es
justo. Yo quiero que la gente entienda por qué los palestinos están enojados.
Ellos son encarcelados y están viviendo en una prisión abierta. Yo les digo a los
israelíes, "salgan de los hogares de la gente!" Es inaceptable tener
soldados golpeando a la puerta a las tres de la mañana y diciendo, "Esta
es mi casa". Y forzando a la gente a salir de sus casas donde ellos han
vivido durante siglos. ¿Qué es esto? ¿Cómo puede alguien aceptarlo?. Yo les quiero preguntar,
¿por qué hacen carreteras sólo para judíos? ¿Alguien toleraría algo como eso en América?
¿Rutas solo para blancos?.
Sobre la violencia palestina contra
los israelíes: "Por supuesto que no
tolero ningún tipo de violencia contra ninguna persona. Pero, ¿quién no lucha
por su país? ¿Qué haría cualquier estadounidense si su tierra fuera tomada?
Recuerda Pearl Harbor. La violencia palestina es para proteger lo poco que
queda de Palestina. Los terroristas suicidas son actos de desesperación y
desesperanza."
Sobre el apoyo estadounidense a
Israel: "Continuamos dándole todo
a Israel. ¡Terminemos con todo esta ayuda a Israel cuando están matando a la gente!...
¿Por qué envían mi dinero de los impuestos estadounidenses para perpetuarla [la violencia]?".
Sobre el Holocausto y el victimismo
judío: “Yo tuve dos hermanos y muchos
parientes que combatieron en esa guerra contra Hitler. Nosotros creímos en eso.
Toda la familia americana estuvo en esa lucha. Pero ellos fueron liberados entonces. Y aún continúan con la victimización. El pueblo americano no
sabe que los lobbystas israelíes los han intimidado para creer que todo judío
es una víctima perseguida para siempre, mientras ellos están victimizando a los
palestinos” (…) "No hay nada de
malo en recordar, pero ¿por qué tenemos que recordar constantemente?”.
Sobre la influencia de los Judíos y
el poder: "Nosotros [los
americanos] estamos dominados por los propagandistas
contra los árabes. No hay discusión sobre esto. El Congreso, la Casa Blanca,
Hollywood y Wall Street, están dominados por los sionistas. Sin discusiones en mi
opinión. Estamos siendo presionados en una dirección equivocada en todas
sus formas.""[Los Judíos están] usando
su
poder, y ellos tienen poder en todas las direcciones... Poder sobre la Casa
Blanca, poder sobre el Congreso... Todo el mundo está en el bolsillo de los
lobbies israelíes, que son financiados por partidarios ricos, incluidos los de
Hollywood. Lo mismo con los mercados financieros. Hay un control total... No es
el dos por ciento. Tú eres el poder real eres dueño de la Casa Blanca, dueño de estos otros lugares, en términos de su convicción
política. Por supuesto que tienen el poder. [Hacia el entrevistador] Usted no lo niega. Usted es judío,
¿no?". El entrevistador David Hochman lo es. (…) “quiero que usted observe al Congreso que
recientemente ha sido elegido. ¿Piensa usted que
Schumer y Lehtinen (una firme partidaria de Israel) van a ser pro-árabes? No. Pero ellos van a ser muy influyentes. Eric
Cantor, el líder mayoritario de los republicanos, ¿piensa usted que va a ser
pro-árabe? ¡Demonios, no! Le estoy diciendo que usted no puede obtener 330
votos en el Congreso para cualquier cosa que sea pro-árabe. Nada. Si usted no
está dentro del lobby sionista, es borrado, como lo fue el Senador William Fulbright en la década
de 1960 [después de afirmar que millones de dólares deducibles de impuestos
de filántropos americanos iban a ser enviados a Israel y luego canalizados
nuevamente a EEUU para distribución a organizaciones con posiciones pro-israelíes] y el congresista Paul Findley de un pequeño
distrito rural en Illinois cuando cometió el error de estrechar la mano de Yasir
Arafat años atrás. Termino costándole su reelección. Luego escribió un libro
llamado “Ellos se Atreven a Hablar” sobre cuán imposible es tener una posición
en este país contraria a Israel. Quizás haya un puñado que puedan tenerla, pero en
general tú no puedes hablar contra ningún movimiento sionista en este país”.
La presencia de judíos en los medios de comunicación de EE.UU. es masiva |
Ese mismo mes de Abril de 2011, a los
90 años de edad, Thomas encabezó la protesta masiva durante la visita del
primer ministro israelí Benjamín Netanyahu a Estados Unidos para la reunión
anual de política del Comité de Asuntos Públicos Americano Israelí (AIPAC) que
se realizó entre el 21 y el 24 de mayo siguientes. La polémica se volvió a
avivar cuando defendió sus comentarios en una entrevista con el periódico “Kansas City”, diciendo que: “Puedo
llamar a un presidente de EE.UU. de cualquier forma, pero no puedo tocar a
Israel, que cuenta con carreteras sólo para judíos en Cisjordaniaʺ. El
proyecto “Movimiento Sobre AIPAC”
intenta traer a activistas y a ciudadanos preocupados de todo el país para dar
a conocer la influencia extraordinaria que tiene el AIPAC sobre la política de EE.UU. Según datos oficiales, Israel recibe alrededor de 3.000 millones
de dólares directamente de EE.UU. cada año, que es aproximadamente una quinta
parte del presupuesto de ayuda extranjera de EE.UU.
La policía del pensamiento le tendió
una celada, la clase dominante, mediante los medios y sus instrumentos para ejercer
la censura en el periodismo. Aprovechó un intercambio informal de palabras con
un rabino en el exterior de la Casa Blanca, para silenciar y desacreditar a
Thomas y sofocar toda crítica hacía la minoría judía, Israel y la política de
EE.UU.
El ataque contra Thomas se realizó con
las habituales acusaciones de antisemitismo y odio racial. Para los sionistas resulta
aceptable que los liberales o progresistas critiquen moderadamente, algunos de los
crímenes más atroces de Israel. Pero no está permitido ni a ellos ni a nadie, cuestionar el nacimiento y verdadera naturaleza del Estado de Israel, ni el
derecho del mismo a existir en las tierras palestinas robadas.
Para los EE.UU. Israel desempeña un
papel estratégico de primer orden, y su apoyo a dicho Estado es incondicional, no
importa la tensión internacional que eso implique. Israel, un Estado sionista odiado por todo
Oriente Medio, pone de manifiesto las contradicciones reales de los gobernantes de EE.UU. y de
todos sus Estados vasallos de difícil explicación ante la opinión pública de
sus respectivos países, en un momento en el que combina el apoyo al sionismo,
con la alianza con las fuerzas islámicas integristas en Siria, Irak y
Afganistán como parte de la guerra permanente para imponer su hegemonía
en la región más estratégica del mundo.
Cualquiera que sea amante de la Justicia y la Verdad, debe
analizar profundamente por qué "nuestro"
gobierno encubre y censura las verdades básicas sobre Israel siguiendo la estela de los EE.UU.. Sin ir más lejos,
el ataque israelí a los depósitos de armas sirios de la pasada semana no ha merecido ni un solo minuto
de televisión. Quizás esto se deba a que en España no hay periodistas como
Helen Thomas.
Obama y sus sucesores, el lobby judío
del AIPAC e Israel pueden estar
tranquilos: ahora gozan del mismo privilegio que el comunista Fidel Castro.
Helen Thomas nunca más volverá a molestarles con sus preguntas. Descanse en paz.
[1] http://bcove.me/lmsx3gzi
[2] http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=RQcQdWBqt14
[3] http://www.veteranstoday.com/2011/03/18/playboy-interview-helen-thomas/